Fiel a su estilo, las acciones de Tesla han mostrado niveles extremos de volatilidad, oscilando bruscamente entre el pesimismo y el optimismo desenfrenado. Sin embargo, a través de sus altibajos, el principal proveedor de vehículos eléctricos ha tenido un desempeño sólido en 2025. Los papeles de la compañía acumulan una suba del 22% en lo que va del año (al corte del 22 de diciembre) y cotizan cerca de sus niveles récord. La empresa disruptiva del sector automotriz se encuentra en las etapas iniciales de proyectos enormes que podrían reconfigurar por completo su panorama financiero, aunque existen argumentos sólidos tanto del lado alcista como del bajista en este debate.
La promesa de la conducción autónoma y la robótica
La tecnología de conducción autónoma es el proyecto en el que los inversores tienen puesta la lupa. Tesla tiene un historial de prometer más de lo que cumple, no solo en las capacidades de su tecnología de conducción autónoma total (FSD, por sus siglas en inglés), sino también en los plazos de lanzamiento. No obstante, el negocio dio un paso adelante en junio pasado, cuando su servicio de robotaxis comenzó a operar en Austin, Texas, aunque con una capacidad muy limitada y restringida. Estos vehículos autónomos también están circulando en el Área de la Bahía de San Francisco, y existen planes para ingresar a un puñado de nuevas ciudades en 2026.
Elon Musk aseguró durante la presentación de resultados del segundo trimestre de 2023 que la demanda de su servicio de robotaxi podría ser “cuasi-infinita”. Evidentemente, el mercado total direccionable es gigantesco, ya que la gente en todo el mundo necesita trasladarse del punto A al punto B. La compañía cree que, a medida que bajen los costos y mejore la seguridad, la mayoría de las personas ya no necesitará comprar sus propios autos. Eso podría generar ingresos de alto margen a partir de su software FSD a nivel global, tanto de una flota dedicada propiedad de la empresa como de clientes que elijan poner sus vehículos a trabajar en la red. Paralelamente, la firma se enfoca en expandir la producción de su robot humanoide, conocido como Optimus, con el objetivo de aumentar la producción anual a un millón de unidades para fines del próximo año. Musk, quien nunca es tímido con sus pronósticos, cree que la robótica representará algún día el 80% del valor de mercado de su compañía.
Una valoración que desafía la lógica del mercado
Es crucial notar que la compañía de vehículos eléctricos nunca ha cotizado en línea con sus pares automotrices. La acción tiene una relación precio-ganancia (PER) de 329. Para ponerlo en perspectiva, los fabricantes de Detroit como Ford y General Motors cotizan a múltiplos de 12 y 17 respectivamente, e incluso una marca de superdeportivos de lujo como Ferrari se puede comprar a un PER de 38. Tesla está en otro planeta. La euforia del mercado demuestra cuán convencidos están los inversores de que la empresa de Musk cumplirá sus promesas y que su software y robots impulsarán un éxito financiero sin precedentes en algún momento.
Sin embargo, a la valoración actual, Tesla no parece una oportunidad de compra inteligente antes de que cambie el calendario a 2026, ya que los inversores estarían pagando un precio exorbitante por un negocio que enfrenta dificultades. Las ganancias de los ingresos automotrices han decepcionado y los márgenes de beneficio se han ido reduciendo. El mercado de vehículos eléctricos está más saturado hoy en día, lo que dificulta que Tesla se destaque. En Estados Unidos, el fin del crédito fiscal de 7.500 dólares para estos vehículos también puede presionar definitivamente la demanda, obligando a los consumidores a pensar si vale la pena pagar el precio completo.
Perspectivas analíticas y el futuro de la demanda
A pesar de los vientos en contra, hay firmas que ven valor oculto. Canaccord elevó su precio objetivo para Tesla a 551 dólares desde los 482 anteriores y mantuvo su calificación de compra. Lo curioso es que la firma redujo su perspectiva de entregas del cuarto trimestre a 427.000 unidades desde las 470.000 estimadas previamente, citando un deterioro de la demanda más agudo de lo anticipado. Sin embargo, incluso con el recorte en las estimaciones, Canaccord ve desarrollos constructivos bajo la superficie.
El reciente repunte de las acciones muestra que el mercado está mirando más allá de los resultados inmediatos del cuarto trimestre. La firma cree que el fin de los subsidios a los vehículos eléctricos en EE.UU., aunque es un lastre para la demanda a corto plazo, está forzando la aparición de un mercado más saludable y duradero. Según los analistas, Tesla todavía se destaca en soledad en el mercado estadounidense con una franquicia verdaderamente escalada e integrada. Mientras tanto, la adopción de vehículos eléctricos está aumentando rápidamente en mercados emergentes como Tailandia, Vietnam y Brasil. Quizás ya hayamos pasado la fase de los primeros usuarios que compraban rápidamente, pero la próxima etapa de crecimiento dependerá de convencer a los consumidores de abandonar los autos a nafta o híbridos, un desafío considerable si la economía no acompaña.