Walter Kohan, el filósofo argentino que recorrió Brasil celebrando a Paulo Freire

Por Guillermo Tagliaferri ([email protected])

Edición: Florencia Romeo ([email protected])

Paulo Freire, pedagogo y filósofo brasileño dejó su huella en la educación de su país y escribió un texto maestro sobre el tema: «Pedagogía del oprimido«. Y se convirtió en referente para el doctor en filosofía argentino, radicado hace varios años en Brasil, Walter Kohan, quien decidió brindarle un homenaje muy particular. 

El argentino, profesor titular de Filosofía de la Educación de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ), en la carrera de grado en pedagogía y en la maestría y doctorado en educación, se subió a su auto, en el segundo semestre del año pasado, y recorrió gran parte del castigado Noreste brasileño –Freire nació en Recife y se crio en la pobreza– brindando actividades educativas en comunidades humildes. 

El recorrido tenía programado 100 días, que terminaron siendo algo más, para conmemorar el natalicio de Paulo Freire (19 de septiembre de 1921) en muchos territorios recorridos por el célebre paladín de la pedagogía crítica y firme defensor de los oprimidos, fallecido en Sao Paulo el 2 de mayo de 1977. Y dialogar, hacer pensar y reflexionar y dar clases, o charlas, filosóficas como hubiese hecho Freire. 

Con los alumnos de la escuela municipal Benedito Sá, de la Comunidad Canto Fazenda Frade, en Oleiras.

Kohan, porteño de 60 años y doctorado en la UBA, con trabajos en varias facultades y centros educativos de varios países, autor de tres decenas de libros relacionados con la filosofía, incluyendo textos sobre Paulo Freire, le contó las sensaciones de su viaje a El Café Diario

¿Cómo se le ocurrió hacer ese viaje?

El viaje surgió por varias razones. Una, porque se conmemoraban los 100 años del nacimiento de Paulo Freire en septiembre. Por otro lado, yo había tenido Covid en julio y después de recuperarme en agosto me di la segunda dosis de la vacuna y estaba inmunizado. Mis dos hijas mayores se acababan de ir a estudiar al exterior, y la más chica me alentó, me dijo que le parecía bárbaro que viajase para hacer esa experiencia de vida.

¿Cómo hizo para tomarse tantos días?

Yo trabajo en la Universidad del estado de Rio de Janeiro y el año pasado todas las clases eran online, por la pandemia. Entonces podía estar en cualquier lado y conectarme desde ahí. Era el momento para emprender el viaje. Lo llamé «Viajando en las preguntas», por la esencia de las actividades. Iban a ser 100 días, como dije, pero al final fueron 110 con 150 actividades desarrolladas. Arrancaba a las 5 mañana y terminaba a las 12 de la noche, y así cumplí con todo. 

Kohan: «Hacer experiencias de pedagogía de la pregunta»

¿Cuál fue el objetivo? ¿De qué manera encaró esas actividades pedagógicas?

Mi idea e intención era hacer experiencias de pedagogía de la pregunta, inspiradas en Paulo Freire, Vivir un poco la pedagogía de Freire. No sólo estudiarlo, escribirlo o leerlo, sino practicarlo. La idea fue hacer ejercicios de pedagogía popular en distintos encuentros.

Después de mucho tiempo sin reuniones, ¿no?

Exacto. También era propiciar que la gente se encontrase. La pandemia hizo que estuviéramos aislados y había necesidad de tener encuentros. 

Vivir una infancia en el pensamiento

Específicamente, ¿cómo eran las actividades?

Haciendo ejercicios de filosofía e infancia, con los pies en el camino, las manos en las preguntas y el corazón en el mundo. Hablando con niños y adultos, personas de todas las edades dispuestas a vivir una infancia en el pensamiento. En escuelas, asentamientos, parques, plazas, playas o patios. Por el placer de pensar juntos el mundo que vivimos y lo que podríamos vivir.

¿En qué lugares se llevaron a cabo esas actividades?

Como fui a hacer experiencias de educación popular, las reuniones y charlas fueron en escuelas públicas, antiguas comunidades de ex esclavos, asentamientos del movimiento Sin Tierra, asociaciones comunitarias, centros de pescadoras. Quería que fuera popular, con el pueblo, la clase más oprimida según la palabra de Paulo Freire.

¿Cómo eligió esos lugares? ¿De qué manera se hicieron los contactos?

Elegí algunos porque conocía personas y les pedí que organizaran. Pero después, durante el viaje, fueron surgiendo propuestas, invitaciones, recomendaciones de ir a algunos lugares. Por eso, parte estaba armado de antemano, y otros lugares fueron surgiendo durante el camino.

El argentino en la Comunidad Quilombola, de afro descendientes, en Córrego de Ubarana, Ceará.


¿Dónde se alojaba? Casi ninguno de los sitios que visitó está preparado para recibir turistas o foráneos.

Me quedaba en casas de familia y la recepción de la gente fue maravillosa. Aclaré que el viaje no involucraba dinero en ningún sentido. No quería recibir pagos por lo que hacía, ni tampoco quería pagar hospedaje sino vivir en las casas de la gente con la que interactuaba. 

Otro modo de aprender de esa gente, ¿no?

Sí, viví en casas de maestros, estudiantes, colegas, vecinos. Aprendí sobre su modo de vida, su cultura, su cocina, su habitar y pensar el mundo. Conviví con un pueblo muy sufrido, generoso y receptivo.

Charla en la Asociación de Catadoras de Mariscos, en Ilha Grande, Piauí.

Casas sin agua, pero con gran afecto

¿Qué cosas le impactaron durante ese largo recorrido?

Muchas cosas… En algunos lugares no había agua corriente, me tocó estar en una casa, en una comunidad, sin canillas porque no existe el agua. Cargan baldes, para usar en la cocina y el baño. A pesar de las condiciones tan difíciles, esa gente vive con mucha alegría y brinda mucha generosidad y afecto. Su forma de abrazar es tan intensa. Y eso que están en una situación particularmente muy complicada al sufrir la política económica y social de un gobierno muy autoritario, como el actual en Brasil, que está al servicio de los intereses de la elite y en contra de la clase trabajadora y popular. 

¿Y cómo respondió esa gente a los estímulos de pensar, analizar y responder?

A diferencia de las grandes ciudades, donde la gente tiene más cosas para hacer, en los sitios que recorrí se nota otro ritmo y otros tiempos. Es gente más receptiva y con una disposición mayor para pensar, hablar y analizar.

En total, ¿cuántos kilómetros transitó?

Recorrí 15.000 km con mi auto. Pero he andado más, porque en algunos lugares dejaba el coche y me llevaban o íbamos en otro transporte. La ida fue por el litoral y el regreso por el interior. Algunos puntos del largo recorrido fueron Espírito Santo, Bahía, Sergipe, Alagoas, Pernambuco, Paraíba, Rio Grande do Norte, Ceará, Piauí, Maranhão…

Conversaciones participativas con pequeños, en otra de las escalas del viaje. 

¿Qué conclusión final hace de esta experiencia? 

Es difícil decirlo. Es maravillo viajar, nunca hay que desistir, hay que tener esperanzas, aun en momentos complicados y confiar en el pueblo. Hay que abrirse, escuchar y ponerse a caminar, que hay mucho que andar entre nosotros. Para mí fue una de esas experiencias transformadoras que nos estremecen, nutren, y nos hace pensar y vivir de otra manera, después de haber sido invitados a encontrarse cara a cara, en cuerpo y mente, con las cosas importantes de la vida.

¿Pensó en plasmar en un texto toda lo vivido en este recorrido?

Sí, está en marcha. Como sucedió con el viaje, su escritura también trajo sorpresas. Cuando estaba empezando a escribir, se me ocurrió invitar a mis anfitriones de viaje a escribir un pequeño texto relacionado con mi paso por su tierra. Y, para mi sorpresa, recibí más de cincuenta textos, unos más cortos, otros más largos; algunos más académicos, otros más informales; unos más detallados, otros más literarios, pero que, en su conjunto, cumplían con esa tarea de describir y ofrecer una idea muy completa, pero, a la vez, diversa y común.

3 comentarios en “Walter Kohan, el filósofo argentino que recorrió Brasil celebrando a Paulo Freire”

  1. Muy buena nota Guille! Grandes historias que ocurren sin que nadie se entere, a no ser x una nota como ésta. Muy hermosa la gesta del amigo Walter Kohan!

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