Los valores del karate shotokan son para toda la vida

Por Bárbara Guerschman ([email protected])

Edición: Florencia Romeo ([email protected])

Si bien el sello distintivo, tanto de ‘Karate Kid’ (Dir. John G. Avildsen -1984) como su reciente y exitosa secuela ‘Cobra Kai’ (2018 – Escritor: Robert Mark), son las artes marciales, también tiene un espacio destacado la práctica del bullying –en varias de sus formas– que experimentan sus protagonistas en la escuela, a manos de los alumnos más populares y agresivos. 

https://www.youtube.com/watch?v=9dZGWSRsvn8&ab_channel=NancySmith Kamen
La saga comenzó con ‘Karate Kid’, donde se hace foco en el Sr. Miyagi y Daniel, su discípulo.
‘Cobra Kai’ retoma la historia de ‘Karate Kid’, con los actores originales ya adultos y en formato de miniserie.

Frente al acoso constante y gracias a la práctica del karate, LaRusso (en la película de 1984) y Miguel Díaz (en la serie en 2018) logran la autoafirmación junto a sus respectivos sensei (maestro, aunque la palabra también remite a alguien que nació espiritualmente antes que otro), quienes se caracterizan por sus propios estilos para enseñar en sus dojos: el señor Miyagi y Johnny Lawrence quien, en el pasado, hostigó a LaRusso.

En el espacio del dojo (traducido como «lugar del despertar») no sólo se aprenden y afianzan los movimientos para defenderse sino el valor del respeto entre los compañeros y hacia el sensei.

Este respeto es el que pretende inculcar Germán Mendez, 4 Dan estilo Shotokan FAK así como Campeón Nacional de kata 2020-2021, a quien entrevistó El Café Diario

Germán Méndez: » El estilo Shotokan es japonés, las posiciones son más largas y bajas, los movimientos son más amplios, más modernos».

El shotokan consiste en un estilo de arte marcial y la palabra proviene de los términos viento (pino que se balancea) y escuela. El fin de la prohibición de practicar artes marciales en la isla japonesa de Okinawa en 1891 constituyó el impulso para que el sensei Funakoshi iniciara la práctica sistemática de estas artes en el contexto de la invasión militar de China y Corea en Japón.

Filosofía de vida

Germán Méndez ha dedicado buena parte de su vida a las artes marciales: «Empecé en el karate en 1985 cuando la práctica era más estricta. Lo que hacemos con los chicos, el juego con los flota-flota no existía. Si no llegabas puntual, tenías que hacer 200 flexiones de brazos o te mandaban a tu casa por no llegar temprano. ‘Salga más temprano’, me decían. Entonces muchos chicos quedaban en el camino, por cómo era la enseñanza».

La práctica era intensa e implicaba compromiso, como suele suceder con las artes marciales en general en cualquier época. «Yo iba a entrenar 2 o 3 veces por semana, en clases  bastante concurridas, por lo cual si el sensei te prestaba atención, te sentías importante porque eras valorado. Aprendí con maestros japoneses, con una formación muy marcial».

Luego de la etapa de alumno pasó a la instancia de la enseñanza: «Me dediqué a la capacitación y viajé muchas veces a San Diego, Estados Unidos, entrenando con un sensei que era alumno directo de un fundador del karate shotokan. Me quedaba uno o dos meses en los Summer Camps (campamentos de verano) y otro mes entrenando en su dojo, aprendiendo el karate tradicional que implicaba manejar la respiración».

Germán Méndez: «Para enseñar, trato de tomar lo que me sirvió»

¿En qué se diferencia el trabajo con adultos y con niños?

Di muchos años karate para chicos y adultos. El tema es que trabajar con chicos me resulta más interesante que con adultos porque a los primeros les podés enseñar muchas más cosas de la formación como el respeto al compañero, el compañerismo, llegar puntual y el respeto al sensei. Esas cosas el adulto las tiene incorporadas y establecidas porque su carácter ya está formado. Ojo, trabajar con adultos es mucho más sencillo, porque técnicamente tenés que ir corrigiendo detalles. En cambio al chico lo tenes que formar de cero porque llega con muchas cosas transmitidas por otro sensei

¿Hasta qué edad se puede practicar karate?

Se puede practicar toda la vida, depende de cómo lo hagas. El karate es algo para toda la vida porque no es sólo el trabajo físico sino que la base es la formación, cómo comportarte con el prójimo y tener seguridad frente a algunas circunstancias.

¿Cómo se inculca esa seguridad en los chicos?

Una vez que avanzaron un poco más, quiero que forjen un poco el espíritu. Muchos chicos dicen «Ay, hace calor» o «Me duele esto». La cabeza maneja el 70% del cuerpo, entonces tratemos de pensar con la cabeza que el dolor no está. Ese es el trabajo que hay que hacer para fortalecer el espíritu y ser fuerte para enfrentar cosas que pueden ocurrir en la vida cotidiana.

Y en la vida cotidiana atraviesan diversas circunstancias.

Muchos me preguntan «¿Lo estoy haciendo bien?». A ellos les respondo que controlemos la ansiedad y esperemos el momento para poder actuar. Este templar el espíritu te puede servir para un trabajo. Las épocas avanzan y cambian, por lo cual debo aggiornarme, no puedo hacer cosas que me hacían hacer antes porque no me queda nadie.

Han cambiado muchas cosas de la pedagogía y la forma de dirigirse y tratar a los niños.

Para enseñar, trato de tomar lo que me sirvió, procuro aplicar algunas cosas light pero que entiendan que el karate no es jugar con un flota-flota. Vamos avanzando y dando examen ¿quieren darlo? Tomen la responsabilidad de lo que van a hacer. Los que son verde para arriba, mínimo tienen que tener 9 horas mensuales para dar examen, siempre y cuando técnicamente estén aptos porque es la elección y el compromiso de cada uno.

¿En qué se expresa el respeto del cual habla?

Primero que todo es el respeto al compañero lo que significa no pegar ni hacer juegos de mano. Y también al sensei. Si a un alumno le indico «Tenés que hacer esto» y responde «Ay, pero yo no quiero» eso es una falta de respeto, porque vengo a enseñar, todos nos merecemos respeto.

El estilo shotokan y las katas

¿Cuál es la particularidad de este estilo?

El estilo Shotokan es japonés, las posiciones son más largas y bajas, los movimientos son más amplios, más modernos, mientras que, en el karate okinawense las posiciones son más cortitas y los movimientos no son amplios.

¿Cómo es el tema de las graduaciones?

Cuando llegás a cinturón negro, tenés diferentes graduaciones, desde 1 Dan hasta 8 Dan. Para dar 5 Dan, tengo que esperar 5 años, haber dado 4 Dan y estar capacitado para poder presentarme en la mesa. Si estuviste muchos años sin dar, cuando te presentas esos años no cuentan, quedan caducados, tenés que esperar cinco años, se arranca como borrón y cuenta nueva. Muchos dicen «espero cinco años y doy examen, total ya cumplí el tiempo». Pasaron los años pero hay que ver si estás capacitado y entrenado para dar examen.

¡Cuánta exigencia!

Yo entreno tres veces por semana, hago cursos, me capacito, soy árbitro nacional. Nosotros pertenecemos a la Federación Argentina de Karate, el ente rector del karate argentino reconocido por el Comité Olímpico Argentino y la Secretaría de Deportes de la Nación.

¿Cuál es el significado de las katas? (en japonés significa «formas». Posiciones o movimientos prefijados)

Son las bases del karate sin la cual no hay karate ni kumite (enfrentamiento entre competidores empleando técnicas defensivas y ofensivas). Tenés que tener una formación de base. A los chicos les inculco: el que quiere hacer kumite, tiene que hacer kata. Vas a un torneo, haces kata y kumite. El que quiere hacer kumite solo, deforma la técnica porque pierde la base. 

¿Cómo determina cuando un chico está listo para presentarse a un examen?

Tengo un programa de examen en el cual me baso que me permite darme cuenta si sabe o no sabe. Cuando ves un alumno, le sacaste la ficha como en cualquier profesión. Yo lo veo hacer una técnica y me doy cuenta. Lo que pretendo es que valoren su graduación porque uno da un examen y en el próximo examen no se puede presentar. Pero cuando vuelve a presentarse, tiene que estar preparado.

El Sr. Miyagi y Daniel, su discípulo.

¿Quién no recuerda el entrenamiento de LaRusso con el señor Miyagi? El entrenamiento inicial encerando y puliendo incesantemente para luego aplicar esos movimientos frente al otro. Pero, sobre todo, rememoramos el temple del sensei para controlar la ansiedad, buscar el balance y, tal como señala Méndez, inculcar la noción de que el karate significa, ante todo, respeto.