Argentina es el país en Sudamérica con más vacunas aplicadas contra el COVID-19

Por Federico Esteban ([email protected]

La pandemia no da respiro alguno. Mientras todos los días miles de personas son contagiadas de COVID-19 y otras tantas son víctimas del desastre sanitario iniciado en diciembre de 2019, el mundo continúa trabajando en las vacunas que logren inmunizar a la población y así, terminar con la pesadilla. 

Vacunas que se han desarrollado en tiempo récord -menos de un año- y que comenzaron a aplicarse en diferentes países del planeta, en particular en las grandes potencias que cuentan con la iniciativa y la billetera para poder adquirir las dosis antes que otras naciones. 

Argentina a la vanguardia

En este sentido, cabe subrayar una noticia poco difundida quizás. Argentina, hasta el momento, es el país de América Latina con mayor cantidad de personas vacunadas a partir de la inoculación de la Sputnik V, la vacuna rusa producida por el Instituto Gamaleya

La llegada temprana de las vacunas de Gamaleya permitió avanzar en la inoculación.

Con 166.833 vacunados, según el observatorio de Our World in Data, Argentina se mantiene por encima de otros países como México (92.879), Chile (10.699) y Costa Rica (9.751). Además, se ubica en el puesto decimotercero del ranking mundial encabezado por Estados Unidos (10,28 millones de personas inmunizadas), China (10 millones), Reino Unido (3,07 millones), Israel (1,99 millones) y los Emiratos Árabes (1,39 millones). 

La situación merece ser destcaada de forma positiva si se tiene en cuenta que el proceso de inmunización recién comienza en el mundo, en un contexto marcado por la disputa entre los países para hacerse de la mayor cantidad de dosis posibles y en el que las naciones periféricas se encuentran por lo general excluidas. 

De este modo, se han aplicado en Argentina 166.833 dosis de las 300.000 dosis llegadas desde Rusia el pasado 24 de diciembre en un vuelo de Aerolíneas Argentinas. Se estima que en los próximos días se completará la primera tanda de vacunados mientras se espera por el segundo lote de unidades que completarán la inmunización de las personas ya inoculadas. 

A diferencia de otros antídotos, la aplicación de la Sputnik V se realiza en dos instancias, entre las cuales debe existir un período de 21 días. En un primer momento se suministra el componente Ad26 y después, a las tres semanas, el Ad5. Con ello se alcanza el 91,4% de eficacia, según el último reporte de los investigadores que continúan con los ensayos clínicos de la fase 3. 

Así las cosas, comienza a desmoronarse la campaña anti Sputnik V que se había desarrollado no sólo en el país, sino en el planeta entero, marcado por intereses geopolíticos y comerciales en un mundo signado por el sistema capitalista. Fue el propio ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, quien se encargó de aclarar las cosas: «como resultado de la aplicación, al momento únicamente se ha reportado un 1% de eventos supuestamente atribuidos a la vacunación e inmunización (ESAVI). De los 317 casos reportados, el 99,3% se clasificaron como leves o moderados, y la presencia de fiebre, cefalea o dolor muscular, como síntoma único o combinados, representó el 80% del total de los eventos reportados»

Las afirmaciones del ministro de Salud sobre el desarrollo
del plan de vacunación en el país.

Finalmente, en lo que respecta a la vacuna rusa, autorizada por el Ministerio de Salud y la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (ANMAT), el Gobierno nacional ha adquirido 30 millones de dosis -a un precio de 20 dólares los dos componentes-, las cuales, según la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, terminarán de llegar al país a fines de marzo. 

Las vacunas de Oxford son las más económicas

Para ese entonces, de acuerdo a las estimaciones de la Casa Rosada, también arribará al territorio nacional el primer millón de dosis del fármaco elaborado por el laboratorio AstraZeneca junto con la Universidad de Oxford. Sobre esta vacuna, que el Gobierno adquirió en alrededor de 6 dólares la unidad por un total de 22,4 millones de dosis, cabe decir que actualmente se encuentra siendo producida por el laboratorio mAbxience del Grupo Insud, ubicado en Escobar, provincia de Buenos Aires. Desde allí, la fórmula se exporta a México para su envasado y, acto seguido, se distribuye por América Latina teniendo en cuenta los contratos firmados por cada país. 

Las vacunas desarrolladas por Oxford-AstraZeneca tienen la ventaja
de una logística más simple y segura.

En cuanto al modo de aplicación, el antídoto -ya aprobado por la ANMAT- se administra en dos instancias con un intervalo de entre 4 y 12 semanas. A su vez, una de las ventajas que posee además de su precio es el fácil almacenamiento puesto que puede ser conservado a una temperatura de entre dos y ocho grados centígrados, a diferencia de otras vacunas como las de Moderna y Pfizer que necesitan ser conservadas a temperaturas muy bajas (-20°C y -70°C, respectivamente). 

Por último, el antídoto de Oxford tiene una eficacia del 90% pero sólo en el caso en que se aplique, en un primer momento, la mitad de la dosis y un mes después, la dosis completa. Situación diferente resulta si se suministra en dos dosis completas ya que aquí la eficacia desciende al 62%. 

Por otro lado, el Gobierno se encuentra próximo a cerrar la compra de un millón de vacunas elaboradas por la empresa estatal china Sinopharm. Las unidades, con una eficacia del 79% y un costo de 20 dólares cada una, llegarían a finales de enero para continuar con el proceso de inmunización de los argentinos y argentinas. No obstante, primero es menester que la ANMAT autorice el uso del fármaco, que también se administrará en Indonesia, Pakistán, Emiratos Árabes, Egipto y Perú. 

Esta es la tercera vacuna que arribará al país tras las negociaciones entabladas por el Ministerio de Salud con el laboratorio chino. El acuerdo se terminó de definir gracias al contacto establecido entre el presidente Alberto Fernández con su par de China, Xi Jinping. En este sentido, cabe remarcar que el antídoto, que trabaja con el virus atenuado, tiene la ventaja de no requerir un alto grado de refrigeración ya que necesita mantenerse a dos a tres grados centígrados.

«Estamos negociando con China un millón de dosis para enero y (también) con Brasil, que está produciendo otra de las vacunas de desarrollo chino», aseguró el ministro de Salud al respecto, haciendo también referencia a la vacuna desarrollada por el laboratorio Sinovac que fabrica en Brasil otra inmunización contra el coronavirus, en este caso junto al Instituto Butantan del estado de San Pablo.

Finalmente, es necesario hacer mención a las negociaciones que el Gobierno ha entablado con Pfizer, las cuales se han estancado pese a haber sido autorizada por la ANMAT la vacuna que produce el laboratorio estadounidense. «Si con alguna firma ha sido generosa la Argentina, ha sido con Pfizer. Les ofrecimos la estructura para que hicieran el estudio clínico acá, hubo condiciones contractuales para las cuales hicimos una ley y hubo alguna cosa de la ley local que no encaja con lo que ellos quieren», explicó días atrás Ginés González García sobre el tema. 

Es que el vínculo entre la firma y el Gobierno se diluyó en los últimos meses ya que la farmacéutica busca que la palabra «negligencia» sea suprimida del texto de la Ley aprobada por el Congreso, mediante la cual se hace referencia a la responsabilidad de los desarrolladores de la vacuna de aquellos efectos adversos que pueden ser provocados por la aplicación de las dosis. 

Ante la falta de acuerdo entre las partes, Alberto Fernández comenzará a negociar con Moderna, empresa cuya vacuna logró una eficacia del 94,1% según los últimos ensayos de fase 3. La desventaja es que cada dosis fabricada cuesta unos 35 dólares, uno de los precios más elevados en el mercado. Pese a ello, la Casa Rosada se muestra proclive a iniciar la negociación con los directivos norteamericanos, que ya cerraron contratos con varios países desarrollados del mundo.