Por Rodolfo Colángelo (rodolfo.[email protected])
El presidente Alberto Fernández anunció este miércoles 12 de agosto que la Argentina producirá en alianza con México la vacuna contra el COVID-19 desarrollada por la Universidad de Oxford abriendo un camino de esperanza y situando al país en la avanzada para combatir el virus en América Latina.
No obstante, distintos sectores políticos buscan apropiarse del mérito a través de operaciones políticas y mediáticas que han puesto en duda si la iniciativa era del actual gobierno o del que encabezó Mauricio Macri.
El presidente Fernández informó en conferencia de prensa que «el laboratorio AstraZeneca ha firmado un acuerdo con la Fundación Slim para producir entre 150 y 250 millones de vacunas destinadas a toda Latinoamérica con excepción de Brasil. Estarán disponibles para el primer semestre de 2021 y serán distribuidas equitativamente entre los países que así lo demanden».
¿Mérito de Macri o de Fernández?
A las pocas horas del anuncio, se viralizaron mensajes provenientes de la oposición agradeciendo al ex presidente Macri por haber traído a la Argentina a ese laboratorio multinacional y remarcando que fue el gobierno de Juntos por el Cambio el que posibilitó la producción de la vacuna en el país.
En primer lugar es preciso aclarar que la empresa surge de la fusión de las compañías Astra AB de Suecia y Zeneca Group PLC de Inglaterra. Ambas comenzaron a trabajar en la Argentina a mediados del siglo pasado. En mayo de 2019 el laboratorio invirtió 80 millones de dólares para innovar su planta en Haedo,en el Gran Buenos Aires, en el marco de un convenio firmado con el gobierno macrista.
Los mensajes de la oposición con el hashtag #GraciasMacri no tuvieron en cuenta que el presidente Fernández también señaló que en Argentina la empresa AstraZeneca designó al laboratorio mABxience del empresario Hugo Sigman como responsable de la producción. Es decir que la vacuna será fabricada por un laboratorio de proyección internacional que abrió su planta en 2012, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

Roberto Cachanosky, economista macrista, ha comentado: «quiero imaginar que AF (Alberto Fernández) va a decir que gracias a que AstraZeneca invirtió 80 millones de dólares en la época de Macri, ahora van a poder fabricar la vacuna. Imagino que no habrá relato y la nobleza en el discurso prevalecerá».
El científico Ernesto Resnik le ha salido al cruce a través de Twitter diciendo que «AstraZeneca no es la que va a producir la vacuna en Argentina. Tampoco invirtió ese dinero en Argentina».
Primeras dosis listas en enero
Pero fue el director científico de mABxience, Mauricio Seigelchifer quien ha aclarado la situación en declaraciones a FM Futurorock diciendo que «nosotros vamos a producir la vacuna en Argentina y AstraZeneca la va a comercializar. Produciremos a riesgo, es decir vamos a hacer la vacuna sin que esté aprobada, para acelerar los tiempos. Si no se llegara a aprobar, se descarta y se va a pérdida».
El científico ha comentado que «lo de la inversión de AstraZeneca en los últimos años no tiene nada que ver, porque la firma no va a producir la vacuna en Argentina, sino nosotros», aclarando que «ninguna instalación de AstraZeneca va a participar de la fabricación de la vacuna». Esto es, la empresa que supuestamente trajo Macri no tendrá participación en la producción.

Las primeras dosis de la vacuna contra el COVID-19 podrían estar listas a principios de enero del próximo año para ser probadas y en junio o julio puede comenzar la campaña de vacunación masiva, si es que se comprueba su eficacia. Mientras tanto, el laboratorio Pfizer continúa con sus pruebas de ensayo clínico en fase 3 en el Hospital Militar de Buenos Aires, vacunando a voluntarios.
El Sputnik V llegó a Brasil
Cuando fue el turno de hablar de Brasil, la prensa local también se ha prestado a generar confusión. Poco antes del anuncio presidencial, el columnista de La Nación, Carlos Pagni aseguró que Brasil ya había adquirido por 270 millones de dólares la patente de la vacuna de Oxford para fabricarla en ese país y que Argentina ni figuraba en la lista de naciones que podían ser beneficiadas. Así, Brasil tendría el poder absoluto para distribuir a su antojo la vacuna en América Latina, de acuerdo al columnista.
Sin embargo, el presidente Fernández señaló en su conferencia que la vacuna de la Universidad de Oxford sería distribuida en toda la región «excepto Brasil», país que tiene otro convenio. Es que el gobierno de Jair Bolsonaro cerró un acuerdo con Rusia para fabricar la vacuna Sputnik V, ya registrada, de acuerdo a lo anunciado por el presidente Vladimir Putin, quien fue felicitado por Alberto Fernández.

Rusia designó a la vacuna con el nombre de Sputnik V que remite a la carrera espacial iniciada en los años 50 del siglo pasado entre los Estados Unidos y la ex Unión Soviética (URSS). El Sputinik I fue el primero de los satélites lanzados por el Kremlin, al que le siguió el Sputnik II que llevaba a bordo a la perra Laika. Esa rivalidad entre ambas potencias alcanzó un punto importante cuando el soviético Yuri Gagarin se convirtió en el primer ser humano en viajar al espacio exterior, hecho que proyectaba a la URSS como el posible triunfador en la competencia espacial, aunque los Estados Unidos tomó la delantera cuando sus astronautas arribaron a la Luna.
El gobierno de Putin parece querer revivir esa puja con los Estados Unidos al tomar la iniciativa de anunciar la vacuna, teniendo en cuenta que Donald Trump está ansioso por dar a conocer la inmunización norteamericana que, según cree, le puede facilitar la victoria en las próximas elecciones presidenciales frente a Joe Biden, candidato demócrata.
Lo cierto es que las vacunas de Oxford y de Rusia ya están en territorio latinoamericano y que más allá de las rivalidades geopolíticas, se espera que puedan poner fin a la pandemia.