Por Guillermo Tagliaferri ([email protected])
Edición: Florencia Romeo ([email protected])
Cuando el licenciado en periodismo español Daniel Barranquero nació, el 10 noviembre de 1984 en Málaga, el argentino Sebastián Humberto Viberti, mejor futbolista de toda la historia del Club Deportivo Málaga (actual Málaga Club de Fútbol), hacía ocho años que le había puesto fin a su exitosa campaña dentro de los campos de juego. Sin embargo, el egresado de la Universidad de Málaga había escuchado tantas historias del argentino que decidió tomarlo como personaje de un libro.
Tras un extenso trabajo, que se extendió casi por una década, recopilando datos, leyendo publicaciones de la época, entrevistando a centenares de personas y haciendo investigaciones en Málaga, Madrid, Buenos Aires, Córdoba y Jesús María, Barranquero le dio vida a ¡Viberti, Viberti!. La leyenda del ‘Zapatones’, un libro de 518 páginas que vio la luz en España a fines de 2022.
Durante su reciente paso por Argentina para la presentación del voluminoso libro en Córdoba y en Buenos Aires, el periodista malagueño fue entrevistado por El Café Diario para hablar sobre su obra y detallar el grado de idolatría alcanzado por Viberti del otro lado del océano Atlántico hace más de medio siglo atrás y que se mantiene vigente.
De un artículo breve a un libro
Sebastián Viberti, volante central nacido en el pueblo cordobés de El Crispín el 5 de mayo de 1944 y fallecido en Córdoba capital el 24 de noviembre de 2012, inició su recorrido futbolístico en las divisiones inferiores de Talleres de Jesús María -donde el futuro crack pasó su infancia y adolescencia-, continuó en San Lorenzo de Córdoba y se mudó a Buenos Aires para su estreno como profesional en Huracán, donde mostró sus condiciones y así fue que llegó a ser citado a la Selección Argentina. Finalmente, en 1969 emigró a Málaga.
¿Cómo surge la idea de escribir un libro sobre Viberti?
Iba a ser un artículo para un periódico, en 2012, cuando Sebastián falleció y a mí me quedó un pellizco en el cuerpo porque nunca pude hablar con él. Desde pequeñito mi padre me contaba historias de Viberti y para mí siempre era un sueño, un anhelo hablar con él y hacer un artículo. Cuando muere, cambio el concepto y pienso en escribir un artículo póstumo como homenaje.

¿Y ese artículo terminó transformándose en libro?
Por casualidad, podría decirse. Llevaba un par de semanas investigando y tenía escrito un borrador de 80 páginas, aunque a lo sumo hubiese podido publicar 4 ó 5 páginas. Pero se me estropeó el ordenador (computadora) y perdí todo, es muy doloroso que a un periodista se le vaya todo lo investigado. No hubo forma de recuperarlo. Se lo comenté a un amigo y me dijo «fíjate, este golpe de mala suerte puede ser un guiño o una señal que esto no era un artículo, sino que era un libro«. Lo tomé así, con una visión optimista y empecé a investigar más.
¿Cómo siguió la historia?
En 2013 hice la primera gran entrevista. En el estadio La Rosaleda, el estadio del Málaga, le pusieron el nombre de Sebastián Viberti a la Puerta 5 y quedé con Martín, su hijo mayor, que viajó desde Argentina para el homenaje. Esa entrevista duró dos horas y nomás terminarla, no me quedó ninguna duda: tenía que hacer un libro sobre Sebastián Viberti.
El chaval que pasó de las lágrimas a las sonrisas
Nunca vio en acción a Viberti, por una cuestión generacional, entonces, ¿por qué siente tanta atracción?
Es cierto, no lo vi jugar nunca, y siempre cito a mi padre para explicar la cuestión. De hecho, el libro lo comienzo relatando una anécdota con mi padre, cómo surge todo. Soy muy hincha del Málaga, imagínate me ha dado mil decepciones y disgustos. Cuando yo era muy pequeño, Málaga perdió, por penales, una Promoción a Primera. Yo estaba llorando, sufriendo, pataleando y mi padre no sabía qué hacer para calmarme. Y empezó a hablarme de Viberti, como una madre que le canta una nana al bebé. Me contó las cosas que hizo Viberti para que el Málaga fuese grande y estuviese entre los mejores. Ahí yo empecé a sonreír. Pensaba que mi padre exageraba de tan preciosas y perfectas que eran esas historias de Viberti, pero a raíz de empezar a investigar para este libro, lo más bonito ha sido ver que mi padre no sólo no mentía, sino que hasta se quedó corto.
¿Qué significa Viberti para la ciudad y para el club Málaga?
En el plano futbolístico está considerado el mejor jugador de toda la historia de Málaga. Eso en la cancha, pero creo que es imposible entender la figura de Sebastián Viberti ciñéndonos solamente a lo que es el futbol, porque lo suyo trascendió el deporte. Es un mito, una leyenda. Fue protagonista de una revolución social, se convirtió en un Beatle en la Costa del Sol en los años 70. Los niños se dejaban el pelo largo como él, había una playa Viberti, un bar Viberti, un chiringuito Viberti, un trago largo Viberti. Un ídolo absoluto. No sólo en Málaga sino en todo España llegó a ser el futbolista mejor pagado en 1972-73, lo pretendían Real Madrid y Barcelona. Copaba las portadas de los periódicos deportivos, aparecía en anuncios de televisión, de distintos productos, y hasta su imagen salía en los décimos de la lotería. Fue uno de los grandes de la década del 70 en España.
Recorrió muchos kilómetros, entrevistó a mucha gente, leyó mucha documentación, ¿cómo fue todo ese trabajo de investigación y producción?
Ha sido casi una década, nueve años para ser exacto, de trabajo. Me impliqué a fondo, era mucho más que un libro. No sé exacto el número de entrevistados, pero habrán sido cerca de 200. He localizado desde amigos de la infancia y vecinos hasta rivales, compañeros y famosos de la época. No hay ninguna publicación o documento gráfico de España o de Argentina sobre Viberti que yo no haya visto, estuve en las bibliotecas de Madrid y de Buenos Aires. Videos no hay tantos, sólo algunos y lo vi todos. Fue un trabajo muy extenso.
¿Se podría decir que es más que una biografía, ya que el libro propone tintes novelescos y atrapantes, inclusive para quienes no son amantes del fútbol?
No lo defino como una simple biografía deportiva, con datos de partidos, resultados o un mero relato de cosas deportivas, que evidentemente las tiene. Parece una novela, una historia de ficción. Hay tantos giros imposibles y tantos golpes del destino que realmente parece que Viberti es un personaje literario. Inclusive, hay varios personajes que parecen ideados por un autor de ficción. Sebastián tuvo un gran enemigo, un entrenador francés llamado Marcel Domingo, campeón con Atlético de Madrid, que es el antihéroe perfecto. Viberti le tenía mucha manía, pero de cara a escribir su historia aparecía como el típico malo de la película, y eso es muy literario, muy de novela.

Un ídolo muy modesto
¿Hubo algún hecho puntual que lo sorprendiese durante el proceso de elaboración del libro?
Entre tantos hechos, hay uno que comparo con un documental que ganó un Oscar: Searching for Sugar Man. Trata de un cantante de Detroit de los años 70 también, llamado Sixto Rodríguez, que vendió solo cuatro discos en Estados Unidos. Uno de ellos fue a parar a una persona en Sudáfrica, que lo hizo circular y tuvo mucho éxito, se hicieron copias piratas y se convirtió en un fenómeno con más de un millón de copias. Esa dicotomía que se dio en Sudáfrica sin que lo supieran en Estados Unidos es lo más parecido a lo que sucedió con Viberti.
¿En qué sentido?
Me ha sorprendido lo poco que se sabe en Córdoba de todo lo que vivió y logró Viberti en Málaga. Volvió sin contar nada de sus enormes éxitos en España. Era muy humilde, muy reservado, no se lo contaba ni a sus familiares. Algunos lo han vivido de primera mano cuando iban a visitarlo, pero en mis entrevistas con otros familiares cercanas no sabían nada y no lo podían creer. Eso me ha llamado la atención. Uno piensa presumir cosas tan bonitas, pero él no lo hizo, por lo tanto, mucha gente, entre ellos sus amigos, no tienen ni idea lo que fue, y sigue siendo, Viberti al otro lado del charco.
En aquellos años no había Internet, ni redes sociales para que esa fama, notoriedad y celebridad de Viberti se difundiesen en su patria…
Exacto, buen apunte. En el contexto actual, es imposible que se repita algo así. En estos tiempos de mundo globalizado, con Internet, televisión digitalizada, sería imposible. Ese punto oscuro y secreto sólo podía haber ocurrido hace cincuenta, o más, años atrás, no ahora.
¿Cuáles son las conclusiones de estas presentaciones del libro en Córdoba, la tierra de Viberti?
Los argentinos sois maravillosos, y no es peloteo. Es inmenso el cariño que he recibido en Córdoba. He estado en casa de Sebastián Viberti hijo, quien igual que sus tres hermanos son acogedores a más no poder y compartimos vuestros asados, que son maravillosos. Hicimos una presentación en el club Talleres y su presidente, Andrés Fassi, se portó muy bien. En otra presentación, en Jesús María, me hicieron emocionar y me declararon ciudadano ilustre de la ciudad. Pasé por varias entrevistas en canales de televisión y estudios de radio, fue una cosa de locos. He tenido tantas personas queriendo hablar conmigo, invitarme, llevarme a sitios… Han sido unos días que no imaginaba, tenía una expectativa alta, pero fue desbordada y estoy muy agradecido. Estuve en el cementerio donde está enterrado Viberti; fue algo raro, fue la vez que estuve más cerca de Sebastián y me pareció muy simbólico.

¡Viberti, Viberti!, título en honor al canto de los hinchas de Málaga en los años 70, se editó en España. ¿Se consigue también en Argentina?
Ahora mismo está en la tradicional Librería Quade, en Córdoba, y también se consigue por Internet. Mi idea es que sea lo más barato posible, y he visto precios desorbitados para el lector. Por eso, otro de los objetivos de mi viaje es llegar a un acuerdo con una editorial argentina. Mi editorial en España es fantástica y se han portado muy bien, pero la verdad es que hay un problema gordo de logística y burocracia para que una editorial pequeña e independiente de España pueda vender en argentina. Se encarece mucho el producto, y para mí no se trata de un proyecto por dinero, sino por amor y pasión, entonces me gustaría que tenga recorrido y hacer todo lo posible para que llegue a más gente.
¿Repasamos su trayectoria profesional?
No trabajo en fútbol, sino en básquet; por eso mucha gente que me conoce ahora con el libro se sorprende. Pertenezco al Departamento de Comunicación de la Liga ACB, de España, y escribo historias y artículos de básquet. También colaboro en la revista Gigantes del Baloncesto. He escrito algunas veces de fútbol, no es que no lo haya hecho y soy amante total, desde pequeñito, de este deporte y del Málaga. Este es mi primer libro, mi primera incursión, y más que un trabajo es otra cosa, más afectiva. Cuando lo finalicé eran 350 páginas en Word, pero al pasarlo a papel eran 518. De todos modos, mi editor, aunque me dijo que era un libro caro de imprimir por la cantidad de papel, no le sacó ni una sola coma.
Antes de despedirnos, ¿quiere agregar algo más?
Es importante que se sepa que Viberti fue el hijo de todo lo que le rodeó en el contexto social que vivió. La época marcó mucho a Sebastián: vivió en España los últimos años del franquismo, regresó a Argentina como entrenador y lo pilló el golpe de estado de Videla, volvió a España en la transición tras la muerte de Franco. Este libro es también un libro de cambios sociales, hay mucho de historia y de política. También de música, no se entendería este libro sin música. Hay muchos guiños musicales a lo que estaba sonando en esa época, porque, al fin y al cabo, Sebastián Viberti es fruto de todo lo que lo rodeó.
