Por LujƔn Gassmann ([email protected])
Edición: Florencia Romeo ([email protected])
El siglo XXI ha renovado los debates, en especial los promovidos desde el feminismo. Es el caso de las tareas de cuidado, un trabajo mayoritariamente feminizado, que lejos de ser reconocido por el Estado o los privados, se lo suele tener por algo «natural».
Es que si hay una tarea feminizada es la vinculada al hogar. Por eso, la creación de un programa nacional de capacitación en cuidado es una iniciativa destacable.
De hecho, en no pocas paredes callejeras puede verse la pintada que reza «Eso que llaman amor es trabajo no pago». De hecho, es fÔcil de probar: si se contrata a alguien para tareas de cuidado, se le paga. Pero la mujer que lo hace en su familia (sobre todo con sus mayores o con cualquier familiar que necesite atención) no es reconocida de manera alguna (y hasta se critica la llamada «Jubilación del Ama de Casa»).

la familia, trabajo que no siempre tiene el debido reconocimiento.
La realidad es que tanto al ama de casa como a la mujer con trabajo remunerado, las tareas de cuidado se aƱaden a las habituales, sobrecargƔndola, pero tambiƩn es un derecho que tienen las personas mayores de ser asistidas y cuidadas.
Por otro lado, ¿es una tarea que puede hacer cualquiera? No, pero la buena noticia es que del debate se pasó a la acción y se ha puesto en marcha un programa estatal para formar cuidadores.
Formarse para ejecutar tareas de cuidado
El Programa Nacional de Cuidadores Domiciliarios tiene como objetivo capacitar a personas de la comunidad a través de cursos de formación en cuidados domiciliarios de personas mayores con algún grado de dependencia. A su vez, fomenta la formación e incorporación como parte de las actividades remuneradas.
El objetivo fundamental es promover la autonomĆa, mejorar la calidad en el cuidado y el bienestar integral de las personas mayores a travĆ©s de la formación de recursos humanos calificados en la temĆ”tica de la atención domiciliaria.
Toda persona mayor de 18 aƱos de edad, que cumpla con los requisitos propuestos por el este programa, podrĆ” formarse en el cuidado de personas mayores: tĆtulo que acredite educación primaria completa, presentarse a una entrevista de admisión y tener interĆ©s en la temĆ”tica de atención domiciliaria son los requisitos para poder desarrollar la actividad.
Las principales funciones de les cuidadores tienen que ver con atender las necesidades del individuo a cuidar. Fundamentalmente, el aseo e higiene de la persona y la administración y control de la medicación que debe tomar. Si estĆ” capacitado, el/la cuidador/a podrĆa realizar terapias de rehabilitación o actividades lĆŗdicas para estimular a la persona a quien acompaƱa.

muchas de ellas vinculadas a su higiene, salud y hasta a su recreación.
A la vez, el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación ha creado un registro para poder vincular a los cuidadores con las familias que requieran cubrir esta actividad: https://www.argentina.gob.ar/desarrollosocial/registrocuidadores
Por su parte, el Ministerio de EconomĆa tambiĆ©n ha trabajado desde su Ć”rea de igualdad y gĆ©nero en una ācalculadora del cuidadoā, una propuesta muy interesante para identificar la cantidad de actividades que se realizan y no siempre son remuneradas: https://www.argentina.gob.ar/economia/igualdadygenero/calculadora-del-cuidado
En ambos casos, desde los ministerios se busca concientizar en la idea de que no hay polĆticas sociales sin polĆtica de cuidados. AdemĆ”s, cuidar a los adultos mayores es parte de su derecho y la responsabilidad social de la comunidad. El trabajo es un derecho y por eso se debe poner en contexto las actividades que implica, asĆ como cuidar y valorar dicho trabajo.