Por Mirtha Caré ([email protected])
Edición: Florencia Romeo ([email protected])
En Más bello que la muerte, la obra escrita por Sonia Novello, uno de los temas que se destacan es la manera en que las personas se relacionan con la naturaleza. Otro, es la muerte como parte de un ciclo de transformación. Novello, actriz nominada a los premios Luisa Vehil por su actuación en esta obra poética, comparte con El Café Diario el origen de su íntima conexión con la naturaleza.
¿Cuál es el recuerdo más lejano que tiene en relación a la naturaleza?
En mi familia, hemos tenido desde siempre una quinta de fin de semana. Se encuentra a 45 kilómetros de Capital y tiene un parque delantero mediano, después una pequeña casa y luego un parque amplio con árboles frutales, pinos y eucaliptos. Actualmente, es el hogar de mi madre. Recuerdo que los fines de semana y veranos enteros íbamos a la quinta en el Fiat 600 de mi papá. Esa fue la casa de mi infancia, con mucho verde a mi alrededor, un lugar agreste, te diría que es hasta de las primeras cosas que «vi» en mi vida.
¿Hay alguna experiencia que recuerde especialmente?
Lo que más impregnó en mí era ver a mi papá disfrutando, viviendo esa naturaleza, maravillarse con pequeños descubrimientos. Sentía fascinación por los pájaros que se veían en el parque, o que no se veían, y que con sólo escucharlos podía identificar. Lo veo regar descalzo hasta la madrugada por el simple placer de ver caer el agua sobre las plantas y sentir sus pies en los charcos… Para mí siempre el contacto con la naturaleza fue un valor, tenerla cerca me parece un privilegio.
¿Cómo se relaciona con la ciudad habiendo tan poco espacio para la naturaleza?
Amo la ciudad, sobre todo por la actividad teatral de la que soy asidua. También por algunos bares clásicos, míticos que quedan, también por algunos nuevos. Pero odio que talen los árboles, las plazas llenas de cemento y con poco verde… Creo que en la ciudad se podrían preservar más los espacios verdes, plantando árboles donde escasea la sombra, árboles que filtren la temperatura y los ruidos. También estaría bueno fomentar huertas urbanas para autoconsumo o para venta. En fin, que el verde, la frescura y la belleza sean más cercanos, que no sintamos que nos falta el aire o que la contaminación nos daña.
Más bello que la muerte es una pieza que ayuda a reflexionar. ¿Qué otras acciones se pueden emprender para colaborar con la naturaleza?
Bueno, yo no soy activista ni milito por cuestiones ambientalistas, pero tengo mucho respeto por quienes saben y trato de aprender e incorporar buenas prácticas en lo cotidiano: separo la basura casi obsesivamente y todo lo que puede llegar a ser un recurso, lo reciclable, lo entrego en manos de quienes les dan un buen uso. Cuando voy a la playa de vacaciones también, me preocupo por juntar la basura, en fin, creo absolutamente en el aporte del granito de arena…
¿Por dónde pasa hoy su relación con la naturaleza?
Es todo muy desde el cuerpo, yo no sé nada de plantas. Apenas retengo algún nombre, no puedo trasplantar una maceta a tierra. No sé nada de especies, no distingo nativas de invasoras, tampoco conozco el nombre de las distintas especies de aves. No me jacto de esto, pero tampoco me preocupa. Me gusta pensar que las cosas pasan en el cuerpo antes que en la cabeza o el intelecto.
¿Qué es lo que más disfruta en esa relación naturaleza/cuerpo?
Me gusta sentir el pasto fresco e irregular bajo mis pies desnudos, recostarme, incluso, sentir un poco de frío en invierno, permanecer, sentirme parte de ese todo. Hasta sentirme un poco perro, disfrutar de revolcarme. Además, tengo un secreto, pero por favor no se lo digas a nadie… les hablo a las plantas, sobre todo a los árboles, me gusta acariciarlos y abrazarlos.
Se dice que es una buena práctica…
Una vez leí una anécdota que contaba el escritor José Saramago: decía que cuando su abuelo sintió que se estaba por morir salió a despedirse de los árboles abrazándolos. «Ah, me dije, no estoy tan mal», a mí también me gusta abrazar a los árboles, aunque no para despedirme, pero sí para agradecerles que estén ahí.
¿Y cómo influye todo esto en su estado de ánimo?
Me gusta esa frase de Deleuze que dice “El paisaje es un estado de ánimo”. El ánimo filtra todo, aunque claro, debe ser cierto que el sol estimula la generación de serotonina que hace tan bien. Pero los días grises o lluviosos también tienen su belleza, y sobre todo si estoy bien, me pegan bien. Conectar con la naturaleza suma a nuestra forma de estar en el mundo. Y hasta me parece que contribuye a entender y a aceptar los ciclos de la vida.

Sonia Novello: «Los días grises o lluviosos también tienen su belleza«. Foto: Lucas Schlott.
¿Qué es lo que más la conmueve?
La naturaleza en su máxima expresión, o asomando apenas en la ciudad siempre me hace bien. Todo lo que crece, se desarrolla y muere, me conmueve. ¿Qué sería de Cumbres borrascosas sin su paisaje?, se pregunta Clara Obligado en su libro Todo lo que crece y, si me permitís la recomendación, es un hermoso libro en sintonía con lo que estamos conversando.
La obra tiene una mirada sobre la muerte, que está en sintonía con lo natural. ¿Qué puede decir sobre eso?
Somos parte de algo mayor. Ciclos de vida dentro de otros. La verdad es que no me quisiera morir y tengo miedo de que se mueran las personas que amo, pero paradójicamente me gusta pensar o necesito pensar que es liberador aceptar que nada es eterno. Aceptar la impermanencia, sabernos finitos, nos puede hacer mejores, disfrutar y conectar más con el presente, con lo que se ama.
«Me maravilla el acontecimiento del teatro»
¿Cómo fueron las reacciones de quienes vieron la obra?
Toda obra se completa con el público y he tenido devoluciones que trascienden lo que yo escribí ¡y hasta lo mejoran! A algunos les llega hondo por las referencias a los pajaritos y la invitación a observarlos; por no bajar línea; por no pretender aleccionar. A otros, por el lado de aceptar la muerte de manera más natural. Muchos valoran la puesta en escena, el universo en el que la obra los sumerge. Y cosas en las que no había pensado como que «Los personajes inducen al espectador a cuestionarse sobre las jerarquías culturales que nos sostienen«. Y hay que decirlo: todos salen conmovidos y maravillados por el personaje de James y la interpretación del actor, Osqui Ferr
¿Cómo fue trabajar con Claudia Mac Auliffe como directora?
Hubo un buen entendimiento entre el material y Claudia. No me sorprende para nada que nos hayamos entendido tan bien, ya que nos conocemos mucho compartiendo escenario, y aunque esta es la primera vez que estamos en estos roles, fluimos de la mejor manera.
¿Podría compartir alguna reflexión?
Me maravilla el acontecimiento del teatro. Que una obra se independice, de alguna manera, de su escritura. Que deje de ser una obra escrita para pasar a ser algo vivo, con reglas propias y posibilidad de movimiento. Que, aunque se repita lo mismo en cada función, no sea exacto y que las miradas vuelvan a la obra y la enriquezcan y, sobre todo, que a mí como autora la obra me siga enseñando cosas. Pienso en todo lo que me está dando, me hace reflexionar con otros y pensar cosas que, aunque estén en la obra, se me aparezcan como si las pensara por primera vez.
Más bello que la muerte
Valentín Gómez 3378, CABA
Domingos a las 20
Entradas en boletería del teatro o en Alternativa Teatral
Hermosa obra, agradezco haberla compartido con vos.