Sin Justicia no hay República

Por el Dr. Sergio Omar Rodríguez ([email protected])

Camino a 100 días de confinamiento, en lo que representa una política preventiva sanitaria sin precedentes en América Latina, empiezan a bullir divergencias de criterios en la sociedad. El caso paradojal, para sorpresa de muchos, es la Justicia, que sin prevenir esta pandemia, mantiene sus puertas cerradas desde el comienzo de la misma.

La problemática, a medida que pasan los días, versa sobre qué servicios son esenciales y cuáles no. En un segundo estadio del Aislamiento Social Preventivo Obligatorio, se empiezan a generar vilipendios respecto a qué actividades ir abriendo antes y cómo.

La pregunta que muchos se hacen es: ¿la Justicia, para cuándo?

Feria inhábil

En las últimas flexibilizaciones de la cuarentena administrada, se empezaron a ver distintos protocolos por medio de los cuales los estudios jurídicos de algunos municipios de la provincia de Buenos Aires comenzarán a brindar atención al público con citas programadas y medidas de seguridad.

Ya no existen razones ni argumentos que llamen a sostener la persistencia de una Feria inhábil, que no ha sido adaptada con la premura y la importancia que el Poder Judicial encarna.

Sin ir más lejos, hasta el Poder Legislativo entendió su importancia institucional para construir una república más saludable, y promovió una serie de obras tecnológicas inéditas que quedarán en la historia como un hito de readecuación a los tiempos que corren.

Las abogadas y los abogados reciben críticas por la situación en que se encuentran frente a la Justicia, pero la realidad es que se sienten cautivas y cautivos ante las quejas de los clientes por la nula respuesta del Poder Judicial.

Tras consultar a la Dra. Andrea Contreras, referente del movimiento reivindicador de los derechos ciudadanos y también del de todas las abogadas y abogados, asevera que solicitarán el levantamiento de la Feria Extraordinaria con implementación de protocolos sanitarios pertinentes conforme lo requiere la coyuntura hoy.

Sin duda alguna, es motivo de reflexión que, en un país republicano, uno de los tres poderes del Estado, se encuentre sin funcionar por tanto tiempo.

Lejos ha quedado la comprensión lógica de los primeros tiempos, donde se entendía que eran tiempos para preparar los protocolos sanitarios adecuados. No obstante, nada de ello pasó.

No sabe, no contesta

A saber, del público lector, en la actualidad de la República Argentina, la justicia no recibe causas ordinarias. Entre las que pueden encuadrarse ordinarias se engloban: los juicios laborales por despidos; juicios sucesorios; juicios de divorcio vincular; juicios por incumplimientos de contratos civiles; comerciales o de defensa al consumidor; juicios a compañías aseguradoras que no cumplen con la cobertura; en la mayoría de los juzgados penales, solo obran actuaciones en los casos donde hay privados de la libertad y un sinfín de procedimientos que son menos conocidos por la sociedad.

La pandemia, como toda crisis, trajo sus cambios. Teletrabajo, trabajo remoto, digitalización y videoconferencias son nuevas modalidades que en una nueva normalidad que vino para quedarse en las empresas del sector privado.

¿Implementará de una vez por todas esta nueva normalidad la Justicia?

Concluyendo, no cabe duda alguna de que la Justicia es un servicio esencial. Tampoco quedan dudas de que debe restablecerse, porque sin abogadas ni abogados, no hay Justicia. Y sin Justicia, no hay República.