Por Micaela Sánchez Escobal ([email protected])
Editado por Bia Viteri ([email protected])
Sebastián Francini comenzó su carrera actoral en 1998, protagonizando a Nacho Man en la telenovela Chiquititas, producida por Cris Morena. Por su participación, en 2000 ganó un Martín Fierro a la mejor actuación juvenil. Tuvo, además, el papel principal en varias películas, como Chiquititas, Rincón de luz y Mi papá es un ídolo, junto a Guillermo Francella, y Un hijo genial, con Julián Weich. En el teatro también se posicionó como primer actor en El Principito, dirigido por Eduardo Gondell; Beatnik, con Osvaldo Laport como director, y Madre Coraje, bajo la dirección de José María Muscari.
En los inicios de la cuarentena, empezó como solista con su primer single, titulado ‘Pensarte‘, y en los próximos meses continuará lanzando sus propios temas. Mientras tanto, sigue circulando su versión del clásico de Eros Ramazzotti La cosa más bella, a dúo con Flor Otero.

Este artista de larga data no cierra su actividad a proyectarse él solo, sino que también ha incluido a su quehacer la enseñanza mediante clases virtuales en ‘El camino del artista’, espacio para quienes quieran incursionar en la actuación. Las inscripciones están abiertas durante todo el año por correo electrónico y en su cuenta de Instagram.
Francini dialogó con El Café Diario sobre su nueva faceta en la música y todos sus proyectos.
DISPO con la televisión
¿Por qué se alejó de la pantalla chica?
Porque mis intereses empezaron a llevarme para otros lados, pero siempre a través de disciplinas artísticas, afortunadamente. Tuve la oportunidad de poder aventurarme más en el teatro y en la música; fue en lo que muté. Uno siempre va transformándose y va haciéndose lugar en donde, quizá, está más cómodo. La televisión es fantástica, pero es un ritmo bastante ajetreado, poco natural; es poco orgánico para un actor trabajar así. En lo personal, me considero un actor de tablas, un actor de teatro. En definitiva, lo importante es cumplir mi misión como artista en el lugar donde me toque estar.
«Si llega una propuesta que reúna las condiciones para que me vuelva a seducir la televisión, con todo lo que eso implica, volvería»
¿Le gustaría volver a la televisión en algún momento?
Quisiera trabajar de lo que me gusta, de lo que sé hacer, que es ser intérprete. Deseo poder trabajar siempre en lo mío y poder brindarme de la mejor manera con todo mi conocimiento y mi potencial, para poder contribuir también a generar en las disciplinas donde me destaco. Obviamente, si llega una propuesta que reúna las condiciones para que me vuelva a seducir la televisión, con todo lo que eso implica, volvería. No estoy cerrado a ninguna propuesta; al contrario, estoy más abierto que nunca.

La música, siempre presente
¿Cuándo se decidió a incursionar en la música?
Desde siempre. La música siempre estuvo en mí desde muy chico, mucho antes de empezar a trabajar en Chiquititas. Ese fue un programa donde, además, tuvimos temporadas en el teatro; entonces, bailábamos y uno ya iba como afinando su oído musical. Chiquititas terminó de reconfirmar mi gusto por la música y el baile. Después vino El Principito, que fue una gran experiencia, una comedia musical que pude protagonizar. Esos fueron, en gran medida, los eventos artísticos que me han despertado este interés.
¿Cómo surge la idea de reversionar clásicos?
Quería hacer una canción que me gustara e invitar a alguna figura femenina, y pensé en Flor Otero, por nuestro pasado en El Principito. La verdad es que estuvo buena la idea. Me parece que su voz y la mía se han acoplado bien; hemos generado una linda dupla, un lindo grupo de trabajo. La cosa más bella es una canción linda para cantar, sobre todo, para poder contar una pequeña historia con un video en concordancia con el contexto que estamos atravesando. Estamos muy contentos con el resultado. Hicimos una versión fresca en la que, de repente, esta canción tiene un dejo bien porteño por un bandoneón, interpretado por Javier Benítez.
¿Le gustaría producir un disco?
Siento que la industria musical ha cambiado mucho. Estaría buenísimo reunir todas estas canciones de Francini, que es mi artista principal, en un álbum con ocho, diez, doce en un mismo trabajo, pero ahora los artistas sacan singles o colaboraciones. El concepto del álbum y del disco físico se está perdiendo. En segundo lugar, tampoco es amigable con el medio ambiente. La idea de la digitalización en la industria nos permite poner la mejor calidad de sonido en un dispositivo. Pero, tal vez, en algún momento podamos cumplir el sueño de poner en un contexto y agrupar las canciones de esta etapa en un álbum.

La docencia y el compromiso
¿Por qué se decidió a dar clases?
Porque siento que puedo volcar todo mi conocimiento y mi experiencia de 28 años ininterrumpidos de trabajo, y porque mi idea es poder transformar el mundo en el que vivimos. Si yo puedo aportar desde mi experiencia en lo artístico, intentando forjar valores humanos en el arte, siento que contribuyo a ese deseo de concretar una paz. Al poder encarar la vida desde un lugar mucho más humanista, todo recobra otro sentido. Fue algo que inicié en 2020, asistiendo a Osvaldo Laport en la dirección de un espectáculo. Después quedé como director de la compañía, cuidando de su trabajo. Fue como un hecho accidental que me dio la confianza para pensar que tengo mucho para aportar compartiendo mi experiencia.
«Si yo puedo aportar desde mi experiencia en lo artístico, intentando forjar valores humanos en el arte, siento que contribuyo a ese deseo de concretar una paz»
¿Cómo organiza su aula virtual en medio de la pandemia?
Me organicé perfectamente; ya venía coacheando a distintos artistas de forma particular hace varios años. Fue a través de encuentros virtuales; tengo alumnos de distintos países del mundo como Uruguay, México, Brasil, Israel, España, Chile y en toda la Argentina.
¿Qué espera de este año?
Aún no lo sé; espero que me depare lo mejor. En principio, deseo que tanto todos mis seres queridos como yo podamos estar protegidos. Estamos frente a una pandemia que en distintas partes del mundo se torna muy difícil, muy compleja. Deseo seguir creciendo, mejorando, haciendo música, sumando más alumnos. Pero, sobre todo, poder profundizar en el vínculo que tengo con toda la gente que desea estar a mi alrededor. Espero que este sea un año de abundancia.