Por Florencia Romeo ([email protected])
La película documental Mariquita, mujer revolución viene a poner las cosas en su lugar, o, al menos, inicia el camino para empezar a mostrar a su protagonista en su verdadera dimensión.
La idea era hacer una biopic sobre María Josepha Petrona de Todos los Santos Sánchez de Velasco y Trillo, más conocida como Mariquita Sánchez de Thompson. Pero como los obstáculos eran permanentes, la directora Sabrina Farji optó por hacer un documental, que se acaba de estrenar en cines.
Si bien hay biografías que cuentan su vida completa, el relato vigente la minimiza como la de la dueña de la casa que –supuestamente, porque no hay registro de esto más que la leyenda– abrió sus salones para que se interpretara por primera vez el himno nacional. Y ahí se termina lo que se sabe de este personaje, realmente importante en la historia del siglo XIX, a pesar de que dejó múltiples escritos que dan cuenta de las alternativas del virreinato primero y de la revolución después, imprescindibles para armar el relato de la historia argentina.
Lo cierto es que Mariquita fue una rebelde que, por ejemplo, inició acciones legales para casarse con su gran amor, Martín Thompson, y no con el candidato que le imponían sus padres. Por algo, en la película Dora Barrancos la define como una insubordinada.
Buena parte de esto también se debe a que vivió muchos años, algo inusual para la época, en especial las mujeres. Por ejemplo, sus contemporáneas Encarnación Ezcurra y Remedios de Escalada murieron a los 43 y 25 años, respectivamente, mientras que Mariquita falleció unos días antes de cumplir 82. Además, tuvo 8 hijos, lo que también da cuenta de su saludable condición, si se tiene en cuenta que no pocas mujeres morían en el parto o nunca se recuperaban del todo. Entonces, haber vivido tanto, le permitió ser testigo viviente de la era fundacional de la nación, tal como la conocemos ahora.

Una película necesaria
Mariquita, mujer revolución es una producción de Sabrina Farji, también guionista y directora del documental. La realización alterna la interpretación de Mariquita, a cargo de la cantante Zoe Gotusso en su juventud y de Mayra Bonard en la adultez con entrevistas a estudiosos, escritores e historiadores.
Los entrevistados son Dora Barrancos, Florencia Canale, Graciela Batticuore, Andrea Bonelli, Patricio López Méndez, Adriana Tursi, María Sáenz Quesada, Cecilia Cross y Gabriel Di Meglio.

La cantante Zoe Gotusso interpreta a Mariquita en su juventud. Foto: gentileza prensa de la película.
La película es ágil y entre las actuaciones de Gotusso, Bonard y Federico Fontán como Martín Thompson, más las entrevistas a los especialistas, se va armando un personaje tan apasionante como desconocido para el gran público.
El Café Diario entrevistó a Sabrina Farji, para conocer el detrás de escena de la película.
¿Por qué eligió hacer un documental sobre Mariquita?
Es un personaje que quería hacer y abordar desde que leí el libro de María Sáenz Quesada, que es la primera biografía sobre ella. Me gusta pensarla como una de las primeras feministas de nuestro país, porque ella empieza a contar desde cuando éramos colonia española y tuvo una vida muy larga. A través de ella podemos abarcar desde la previa de nuestro país hasta que nos erigimos en una nación.
Es cierto que tuvo el privilegio, para la época, de vivir muchísimo, cuando la expectativa de vida de las mujeres era mucho menor.
Mariquita pasó los 80 años y tuvo muchos hijos. Es un personaje que me genera mucha curiosidad. Como se dice en la película, uno conoce sobre ella la parte frívola, como la chica que prestó la casa para que se cantara el himno.

La actriz Mayra Bonard interpreta a Mariquita en su adultez. Foto: gentileza prensa de la película.
Se la encorsetó ahí. En ese único hecho.
Y te preguntás: ¿por esto la recuerdan tanto? Eso me suscitó el interés. De alguna manera, Mariquita es una metáfora de los que nos pasa a muchas mujeres, que queremos ser cronistas de nuestra historia y no siempre tenemos el espacio que queremos tener. Pienso en Mariquita y en cuántas cosas en común tengo, qué contemporánea es su problemática.

La directora Sabrina Farji en diálogo con El Café Diario.
¿Cuánto tiempo llevó la concreción del documental? Porque en estos casos, además de todo lo que implica una película, está la investigación histórica.
Es un proyecto que fui descansando. Armaba, descansaba, volvía. No lo preparé todo seguido, lineal. Mi idea era hacer una miniserie o película de ficción, fui investigando a partir de ideas, de lo que me parecía interesante del personaje.
Es decir que ya la venía investigando.
Sí, trabajé en una previa, aproximadamente desde 2012, con Cecilia Cross, una de las entrevistadas para el documental. Trabajamos una parte de la investigación, después seguí con otros proyectos, me llevó mucho tiempo hasta que finalmente pude hacerlo, en parte porque tomé la decisión de no quedarme con todos los no: no la puedo hacer así, no la puedo hacer de esta manera… Y decidí hacer un documental.
¿Y por qué se decidió, finalmente, por el formato documental?
Yo tengo la biopic, pero yo también soy insubordinada, como Mariquita, y no me quería quedar con esa negativa. La responsabilidad también era mía. Me dicen no, no, no y yo voy por el sí, lo posible, para arrancar también. En definitiva, lo que me importaba era poner luz sobre Mariquita y quizás, a partir del documental, suscitar interés para hacer una ficción sobre ella.
Es notable el interés que hay sobre la historia de las mujeres en la literatura, que son best sellers, pero que no se llevan a la pantalla, sorprende que no se hagan más biopics.
Creo que hay algo, otra vez, en por qué las voces de las mujeres o contar la historia, recae en las mujeres. Pero estamos hablando y lo interesante de haber hecho la película es poder traer todas estas preguntas, que es lo que siempre me parece importante, no traer respuestas, sino que haya material para hacerse nuevas preguntas y que se conozca el trabajo de otras mujeres, replantearte cómo aprendiste historia en la escuela, qué partes no te contaron.
El documental no cierra la historia, la abre, es un punto de partida.
Sí, el documental propone no sólo conocer a Mariquita, sino a todas las mujeres y la historia argentina en general, de la que sólo tenemos un recorte hecho en batallas y conquistas, y no en personajes humanos de carne y hueso. Pensar en dónde estaban las mujeres, porque parece que sólo cosían banderas y tejían. De hecho, sólo conocemos a Juana Azurduy porque se militarizó. Ojo, no le quito importancia, es un personaje espectacular, pero hay muchas otras mujeres que, además de abanicarse, hacían otras cosas. Por otra parte, Mariquita tenía dinero, entonces podía solventar una revolución, algo que la historia oficial se ha ocupado de ocultar.