No estás sola, la Red Feminista del Oeste te escucha

Por Lola López Quai ([email protected])

Además de generar zozobra, el encierro y la incertidumbre que trajo la pandemia activaron mecanismos de defensa y de contención. Se armaron redes, grupos y comunidades que, de una u otra forma, crearon espacios para que toda persona que precisara ayuda o pudiera hacerse escuchar, lo lograra. Quizá hayan sido las mujeres quienes más comprendieron esta necesidad porque suelen ser, como muestra la Red Feminista del Oeste, quienes más lo requieren.

En diálogo con El Café Diario, Ana Lima, Nancy Veliz, Xoana Colli y Lorena Cerruti, de la Red Feminista del Oeste (en referencia a la zona oeste del conurbano bonaerense), cuentan por qué es tan importante juntarse, contenerse y escucharse.

¿Cómo y cuándo nace la Red Feminista del Oeste?

Nace de la necesidad de accionar en el campo social para interactuar, armando redes y derivando, frente a la demanda de necesidades y problemáticas tales como el aborto y las violencias de género entre mujeres del oeste del conurbano bonaerense, donde muchas veces la información y el acompañamiento oficial no llegan. Se formaliza en septiembre de 2019.

¿Cómo surgen y qué son las ‘Rondas de escucha’ que propone la Red?

Se crean desde la necesidad y el deseo de tener un espacio para hablar de las diferentes violencias de género que nos atraviesan, y para ser escuchadas sin sentirnos juzgadas ni calificadas. También, para escuchar a quienes deseen o se animen a compartir, sabiéndonos siempre en red, y acompañadas. Si se presenta la necesidad, asistimos con información de organizaciones civiles y organismos oficiales que abordan y contienen casos específicos para cada problemática.

Desde la computadora, la tablet o el celular, la clave está en conectarse con la Red Feminista del Oeste y hacer contacto.

¿Cuándo se realizan las ‘Rondas de escucha’?

Los segundos lunes de cada mes, a las 18 horas. El link se encuentra en la bio de nuestra cuenta de Instagram o en los posteos de Facebook. También se puede solicitar por mail a [email protected]

Escuchar, escucharse, ser escuchada

¿Cómo ayuda el hecho de ser escuchada?

Siempre que somos escuchadas nos escuchamos a nosotras mismas, y aunque muchas veces no podamos dar pasos legales o radicales, el poder compartir, poner en palabras lo que nos sucede, es un paso importantísimo para comenzar a desatar nuestras propias parálisis emocionales.

¿Desde qué punto de vista aborda la escucha la Red?

Entendiendo que la violencia no es privada, sino que es algo que nos pasa a la mayoría de nosotras en diferentes ámbitos. Nos ayuda a salir de ese lugar de desesperación en soledad, dándonos fuerza para poder afrontarla.

¿Quiénes asisten, ya sea de manera virtual o presencial?

La ronda está abierta para mujeres que estén sufriendo, que padezcan, que conozcan a alguien que padece, o que deseen escuchar o hablar de violencias de género. Por ahora, las rondas son virtuales.

El zoom es una herramienta que permitió que, incluso en pandemia, el encuentro sea posible,
como sucede con las ‘Rondas de escucha’ de la Red Feminista del Oeste.

¿Asisten muchas personas?

No, porque estas convocatorias abordan temas difíciles y no es sencillo entrar en un espacio desde el que se pueda abandonar el dolor, más allá de que se logre comenzar a ver una salida.  A veces por vergüenza, otras por temor, otras por negación, entre otras cosas, hay mujeres que no se permiten concurrir.  Es por eso que sostenemos la convocatoria en el tiempo los segundos lunes de cada mes, independientemente del nivel de asistencia. La puerta está ahí.

¿Cuáles son los temas y/o situaciones que se repiten?

Siempre es el poder patriarcal ejercido en diferentes ámbitos. Desde compartir un hecho de femicidio hasta las microviolencias que nos incomodan a diario, el acoso callejero, las situaciones dentro de la familia y el abuso de poder en los espacios laborales, entre otras cosas.

Ser feministas

Se ha avanzado mucho en las identidades sexuales no hegemónicas, pero aún hay mucha resistencia. ¿A qué creen que se debe?

Creemos que hay varios motivos. Por ejemplo, el hecho de no mirarnos ni cuestionarnos con honestidad; el miedo a lo desconocido que nos pone en un lugar soberbio en lugar de abrirnos y reconocer que nuestra verdad no es la única; la iglesia, las religiones y las instituciones que nos someten; el incumplimiento de las leyes con las que ya contamos. También el miedo a perder privilegios, que en muchas ocasiones ni somos capaces de reconocer. Y mucho prejuicio humano, cultural y social.

En esta línea, aún hoy, decir que una persona es feminista genera cierto rechazo en muchas otras. ¿Por qué sigue ocurriendo?

Los extremos hacen que se produzca el ruido y el llamado de atención para poder hacer algún tipo de cambio. En ese sentido, ser feminista hoy es un concepto que rompe con la comodidad y la armonía de una sociedad que funciona en automático. Es mejor rechazar que preguntarse si estoy viviendo o dejando vivir en libertad y respeto.

¿Cómo les va con el lenguaje inclusivo? ¿Lo usan en todos los ámbitos? ¿Cómo reacciona su entorno?

Con el tema de lenguaje no hay conflicto, para la red es natural. Sin embargo, si quienes se acercan a la red no utilizan el inclusivo, no es un problema. El lenguaje inclusivo no es más que comenzar a usar las palabras de forma tal que describan con la mayor claridad a la persona o situación a que se hace referencia, porque hablar de una manera justa es reconocernos en nuestras diferencias.