Por Guillermo Tagliaferri (guilletaglia60@gmail.com)
Edición: Florencia Romeo (florenciaromeo06@gmail.com)
Siempre suena, en cualquier ciudad de Jamaica, algún tema de Bob Marley. A toda hora, en todo momento, en todos los dispositivos musicales y en todos los lugares. El célebre músico de reggae, fallecido en 1981 siendo muy joven (36 años apenas) dejó su enorme huella en su país natal. Y su música, junto a su imagen, se mantiene vigente en su patria.
Por eso, un viaje a Jamaica no puede obviar la visita a las dos casas–museos de Marley. Una está ubicada en Nine Mile, en una zona alejada y rural, donde vivió sus primeros doce años, y la ubicada en la capital jamaiquina, Kingston.

La primera casa de Bob Marley
Nine Mile, poblado bautizado así por encontrarse a una distancia de nueve millas de la ruta, situado en la provincia de Saint Anne, se convirtió en un museo y mausoleo que guarda los restos de Marley. Fue la antigua morada de sus abuelos maternos.
Abre sus puertas diariamente, el costo de ingreso ronda los 20 dólares, y son varios los tours que parten desde ciudades cercanas, que recorren un largo camino lleno de curvas, elevaciones y varios baches.
Música reggae y marihuana
Una banda toca música, reggae por supuesto, mientras los turistas recorren las mismas habitaciones y patios, con sus muebles originales, testigos de los primeros pasos de quien sería el jamaiquino más célebre de la historia de la nación centroamericana. El aroma a marihuana, de venta libre en la casa–museo, impregna el lugar.
Una de las curiosidades es la roca donde el músico apoyaba su cabeza para meditar. Esta piedra es mencionada en una de sus canciones, ‘Talkin’ Blues’: «…And rock was my pillow, yeah” (Y la roca fue mi almohada, yeah).

Otro sitio impactante en este hogar materno de Marley es el mausoleo, sitio de reposo de los restos del músico. En vez de estar bajo tierra, se encuentra en la altura, a unos dos metros de altura.
Dentro de ese recinto, considerado sagrado para sus seguidores, existen dos estrictas prohibiciones: no se pueden ingresar calzado y no se pueden sacar fotos. Sí se puede fumar. También se halla enterrada, o elevada mejor dicho, su madre, Cedelia Marley Booker, cantante y escritora.
Cuadros de Marley, su familia, portadas de sus discos y de Haile Selassie, emperador de Etiopía, a quien Marley, como muchos jamaiquinos cultores de la filosofía rastafari, consideraba su guía y nexo entre África y Jamaica, adornan las paredes de todos los ambientes.

La casa de la capital
Mucho más lejos, en Kingston, capital del país y con el típico movimiento de gran ciudad, también está abierta al público, pagando un ticket de ingreso de aproximadamente 25 dólares, la casa de Bob Marley en su adolescencia y juventud. Ubicada en la calle Hope Road, se transformó en un interesante y nostálgico museo.

La construcción, de dos pisos, es más moderna y además de residencia del autor de ‘Don´t worry, be happy’; ‘No woman, no cry’; ‘Is this love?’ y ‘One Love’, allí funciono el estudio discográfico Tuff Gong.
Sala de grabación y elementos con historia
La sala de grabación y ensayo respeta su diseño y elementos originales, igual que todos los ambientes de la casa. Instrumentos, discos de oro y platino, cuadros y fotos, y vestimentas que muestran su recorrido musical son exhibidos en las habitaciones.

Llama la atención una pantalla gigante que proyecta un holograma tridimensional de tamaño real de Bob en el Concierto ‘One Love Peace’, celebrado en 1978.
Una pequeña cancha de fútbol, otra de las pasiones del ídolo jamaiquino, tiene espacio en la zona exterior de la casa.
Souvenirs para todos los gustos
Tanto en las instalaciones de Nine Mile como en la de Kingston funcionan las infaltables tiendas de souvenir oficiales, donde los visitantes pueden comprar CDs, remeras, buzos, mochilas, posters y todo el merchandising de Bob Marley.
Su historia y su legado
Nacido en la mencionada Nine Mile el 6 de febrero de 1945, Robert Nesta Marley, según constaba en su documento, comenzó cantando, tocando la guitarra y componiendo en el grupo The Wailers. Y luego tomó el liderazgo del grupo, como Bob Marley & The Wailers, con los que grabó 17 long plays y obtuvo discos de oro y platino por los millones de copias vendidos en todo el planeta.
Considerado el máximo referente mundial de la música reggae, también se involucró en actividades sociales, fomentó la búsqueda de la paz y la igualdad y enarboló las banderas del movimiento rastafarí.
Un cáncer en su pierna derecha le ocasionó una muerte prematura, el 11 de mayo de 1981 en la ciudad estadounidense de Miami.
Casado con Rita Anderson, Marley tuvo trece hijos –varios de ellos siguieron sus pasos en la música–, la mayoría de ellos extramatrimoniales.
Su legado sigue vigente, sobre todo en su Jamaica natal.