Messi, la traición del Barcelona y los finales felices

PorĀ Roberto MartĆ­nezĀ ([email protected])

¿Existen los finales felices? La vida insiste en que los seres humanos comprendan que nada es para siempre. Que no se puede meter el corazón donde no cabe. Y que para para continuar, hay que aceptar y seguir. Es lo que ha tenido que hacer Lionel Messi, a quien después de haberlo dado todo por el FC Barcelona, el club de su vida, al que con un sinfín de gestas ha llevado a la excelencia deportiva, aún le exigían pruebas de amor. La última, jugar gratis. ¿Por qué, si no hay nadie que trabaje gratis?

«De no ser por el Barça, Messi sería un tío de un metro cuarenta que no hubiera podido agarrarse ni a la barra del autobús», según dijo hace unos años el director de un importante diario catalÔn a quien, para ayudarle a respetarse, no vale la pena mencionar. De desagradecidos estÔ el mundo lleno. Cabe preguntarse qué habría sido del Barça de no haber tenido a Messi en los últimos 15 años. Especialmente en los que ha tenido muy poco de lo que enorgullecerse, con directivos en la cÔrcel, desfalcos, trapicheos, corrupción y otras yerbas, que han sido unas cuantas.

Descartar al mayor embajador de la marca, y que se vaya llorando mares el muchacho que lideró la mejor versión del FC Barcelona hasta convertirlo en Patrimonio de la Humanidad, es el fracaso político mÔs grande de la historia. El año pasado había querido irse y no le dejaron que lo hiciera. Ahora deseaba quedarse y no se lo permitieron.

La intrahistoria

¿Tiene explicación lo ocurrido? Sí. La primera radica en que el deporte de élite penaliza la gestión de los dirigentes amateurs. Los tipos que llegan al poder por su carisma pero que son mÔs hinchas que gestores. Joan Laporta llegó a ser un representante creíble en un momento de su primera presidencia. En estos cinco meses de su segundo mandato, sin embargo, se ha mostrado condescendiente con quienes han traído la ruina económica al Club (se señala a los expresidentes Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu), e ingenuo, consciente o inconscientemente, al no haber podido acceder -según él- al verdadero balance económico para conocer el estado real de situación del FC Barcelona.

HÔbil también. En 2003 venció en las elecciones presidenciales con una mentira. Superó a Lluís Bassat, renombrado publicista, quien había presentado a Pep Guardiola como su director deportivo en el caso de ganar los comicios, al anunciar con bombos y platillos el fichaje de David Beckham cuando en realidad el icónico jugador le había comunicado al Manchester United que dejaba el club para irse a jugar al Real Madrid presidido por Florentino Pérez. Curiosamente, el mandamÔs de la Casa Blanca fue discreto al respecto. En 2021, 18 años después, manipuló las emociones de los socios del FC Barcelona al mostrarse casi como el único candidato garante de la continuidad de Lionel Messi en el club, contrato que iba a acordar «comiendo un asado».

Laporta indujo a Messi a votarle y luego fue a comer con él, pero, según Jaume Llopis, primer dirigente que dimite de su cargo en el FC Barcelona tras acceder al poder en marzo, «le ha hecho caso a Ferran Reverter, CEO del club, y a Florentino Pérez, que es amigo de Reverter desde hace unos años (segunda vez de varias que aparece el presidente del Real Madrid en un texto referido al Barcelona), para que eche a Messi y no firme el contrato con CVC (Capital Partners)».

CVC es la empresa que iba a inyectarle 2.700 millones de euros a la Liga de Fútbol Profesional de España para hacerse con los derechos de televisión del campeonato español para luego emparchar los agujeros financieros de los dos clubes mÔs poderosos y nutrir las arcas de los clubes menos pudientes.

Florentino Pérez se opuso a ese acuerdo para mantener su posición de poder en el club blanco y por carÔcter transitivo en La Liga, y le endulzó los oídos a Joan Laporta al prometerle muchos mÔs millones de euros de los que le iba a garantizar CVC, si le acompaña en la creación de la Superliga europea, torneo de nuevo cuño para los clubes mÔs selectos, cuya creación avala Pérez para centralizar las ganancias y expulsar de la élite a los clubes con menor poder adquisitivo: «hay que hacer algo, la Liga de Campeones sólo interesa a partir de los cuartos de final, no podemos seguir empobreciéndonos».

La revelación de Llopis acaso deja entrever un ardid de Florentino Pérez a Joan Laporta aludiendo a la edad de Lionel Messi (34) y de cierta inconveniencia de renovarle por 5 temporadas, aún con el compromiso del jugador de rebajarse el sueldo un 50% y de recibir un salario decreciente a partir de la tercera temporada. Cabe subrayar que Lionel Messi y Joan Laporta habían acordado el 12 de julio en esos términos la renovación del contrato del capitÔn de la selección argentina con el FC Barcelona.

La traición

La facilidad, frialdad y desinterés con los que Joan Laporta ha despedido en tiempo récord a Lionel Messi, el mayor activo del FC Barcelona, llama la atención si se atiende a la historia política del actual mÔximo mandatario azulgrana: en su día se opuso vehementemente a que Josep Lluís Núñez echara del Club al otro gran símbolo del Barça en la era moderna, Johan Cruyff, por razones de índole económico, entre otras.

Si bien Laporta siempre se caracterizó por asumir una posición combativa contra todo lo que tenga relación con Madrid y el centralismo español, hoy se posiciona cercano a todo lo que en su día criticó. Pérez y Laporta se muestran unidos y de la mano contra Javier Tebas, presidente de la LFP española, a quien han decidido responsabilizar del adiós de Messi, aunque el mismo Tebas aduce que La Liga había aceptado la inscripción de Messi y que no había contradindicaciones al respecto.

Alguien miente. Y en este texto hay dos protagonistas con capacidad probada para engañar. De uno ya has leído. El otro llegó a negar tres veces «never, never, never» el fichaje de David Beckham por el Real Madrid antes de concretarlo, como Pedro negó a Cristo antes de convertirse en apóstol.

El conmovedor llanto de Messi al despedirse del FC Barcelona.

Cuesta creer que la ida de Lionel Messi, cuya presencia en Can Barça garantizaba alrededor de 200 millones de euros de ingresos anuales, acabe salvando la tesorería del Barcelona, cuya situación económica, según reconoce un importante cargo del Club en diÔlogo con El Café Diario, es «de muy extrema gravedad».

Leo, mientras tanto, ha sido presentado por el Paris Saint-Germain este miĆ©rcoles 11 tras haber sido recibido de manera apoteósica por multitudes enardecidas este martes 10 de agosto. Messi ya habĆ­a acordado su permanencia en el FC Barcelona, donde iba a coincidir con su amigo Sergio ‘Kun’ Agüero, pero el cambio radical de postura de Joan Laporta en 48 horas (jueves 5 y viernes 6 de agosto), le obligó a valorar una oferta tardĆ­a del PSG para sumarle a sus filas, equipo que debutarĆ” en la Ligue 1 Uber Eats francesa este sĆ”bado 14 de agosto a las 16 hora argentina recibiendo al Estrasburgo.

Lo mÔs surrealista del caso ha sido la distribución de una bola informativa por parte de personal del Barcelona la noche del lunes 9 de agosto queriendo hacer creer a través del programa La Portería, del canal Barcelona Televisió, que el Club le había acercado una nueva oferta a Lionel Messi para evitar su marcha después de haberse despedido horas antes por decisión de la propia entidad. La cuestión estaba dirigida a evitar mÔs fugas en la directiva liderada por Joan Laporta. Sin embargo, se espera que sigan goteando dimisiones en las próximas horas.

La otra Torre Eiffel

El PSG ha contratado este verano a Sergio Ramos y Lionel Messi, capitanes de Real Madrid y FC Barcelona, a Gianluigi Donnarumma, prodigioso arquero italiano procedente del Milan, y al todo terreno holandƩs Georginio Wijnaldum quien llega desde el Liverpool y que habƭa sido un objetivo central del BarƧa para reforzarse. A los cuatro cracks los ha contratado como agentes libres, sin gastar un solo euro en sus fichajes.

Leo Messi llega a un vestuario en el que coincide con Mauricio Pochettino, entrenador, argentino, nacido en Rosario, Ángel Di María, también rosarino como él, y Leandro Paredes, compañeros suyos en la selección argentina; con Mauro Icardi, delantero argentino que tuvo un paso por las inferiores del Barça, y con uno de sus mejores amigos, Neymar Junior, señalado como su heredero natural en el trono del fútbol mundial, con quien fueron compañeros en el FC Barcelona entre 2013 y 2017.

El PSG busca desde hace 10 años erigirse en el faro del firmamento futbolístico. Nasser bin Ghanim al Khelaïfi, extenista profesional, su presidente, es el dueño de una de las 100 mayores fortunas del mundo, y teje con esmero conexiones en el fútbol europeo mientras el petróleo nutre su proyecto con la velocidad con que la sangre recorre las venas del cuerpo de un deportista.

No pocos piensan que una de esas prósperas conexiones tejidas por Al KhelaĆÆfi le une al propio Florentino PĆ©rez. El desembarco de Lionel Messi en el PSG es el disparador de un nuevo negocio multimillonario que asoma: Kylian MbappĆ©, apodado ‘El Tren’ por los jeques qatarĆ­es que guĆ­an al club parisino, no ha aceptado renovar su contrato con el PSG, que vence al final de esta temporada. ĀæLa razón? Desea dejar el fĆŗtbol francĆ©s tras darse el gusto de coincidir con Messi y ya tiene todo acordado para firmar con el Real Madrid y transformarse en el nuevo galĆ”ctico de PĆ©rez.

En Barcelona el estupor es mayúsculo y la esperanza estÔ depositada en lo que pueda llegar a hacer al frente del equipo Ronald Koeman, autor del gol en 1992 que valió la primera Copa de Europa de la historia para el club catalÔn. París, la Ciudad de La Luz, ya presume de tener la mÔs brillante. Lionel Messi ha sido presentado a la hinchada como el mayor diamante del club en toda su historia.