Las mascotas no se expondrán más a la venta

por Pablo Kulcar ([email protected])

La legislatura porteña aprobó en setiembre de 2019 la Ley N° 6194 que regula la exposición de animales en las vidrieras en todos los negocios de la ciudad. Esta ley prohíbe la exhibición de mascotas para su venta en veterinarias, acuarios, comercios de cualquier tipo, mercados, ferias y espacios públicos. Otorga 12 meses para la adecuación de los locales y, con posterioridad a esa fecha, impondrá multas de hasta AR$21.400 a los infractores.

Libertad de comercio vs. dignidad animal

La Legislatura aprobó la iniciativa que recoge dos proyectos del oficialismo gracias al voto positivo de 50 legisladores y sólo 2 abstenciones.

Inspirada en legislaciones como la que rige en California, señala que si bien «las vidrieras son uno de los medios más importantes con los que cuenta un comerciante para generar el deseo», en este caso convoca al eventual cliente a la «compra impulsiva o compulsiva», y los animales no son objetos como para alimentar conductas compulsivas de una sociedad de consumo que convierte cualquier cosa en un bien de intercambio.

Mascotas y sociedad de consumo

Los animales no son cosas, no deberían comprarse ni venderse. La sociedad transmite un mensaje muy negativo cuando comercializamos con la vida, cuando lucramos con el sufrimiento. Podríamos agregar que el dolor es una muestra de la sensibilidad humana y es justamente a veces el talón de Aquiles que la publicidad encuentra para lograr su objetivo.

En el caso de los animales basta con una jaula y un poco de hacinamiento y el resultado estará a la vuelta de la esquina. Los animales expuestos en escaparates y vidrieras sufren un gran estrés por la interacción con personas que golpean los cristales, se mueven, les hablan, mientras ellos están encerrados en jaulas o peceras.

Todo esto los altera provocándole todo tipo de emociones y estrés. Asimismo, las condiciones en esas vidrieras o escaparates no siempre son adecuadas; en muchos casos no están protegidos del sol o del frío, lo que incrementa su sufrimiento.

Gato dentro de una jaula, en exhibición para venta. (Foto de Piqsels)

Consecuencias de la compra compulsiva

La consecuencia de una compra compulsiva es la idealización del animal en cuanto a su imagen de cachorro, pero una vez en el hogar las conductas totalmente normales de una mascota comienzan a exponer que la misma no es un juguete, sino que necesita atención y cuidado.

Esto algunas veces deriva en lo peor: el maltrato o el abandono. Finalmente, esa empatía con el perrito es solo un impulso al ver en exposición un animal encerrado, que activa nuestra momentánea necesidad de justicia, de liberarlo.

Proyecto y ley necesaria

La Asociación Animalista Libera Argentina es la organización que impulsó el proyecto, que ya es ley. Tiene una vasta experiencia en el reconocimiento y protección de los derechos animales en varios países de Latinoamérica y Europa, así como una importante actuación en los ámbitos legislativo, político, social y educativo. Junto con el legislador porteño Adrián Camps presentaron el proyecto de ley con la intención de sumarse al combate contra la cosificación de los animales.

Conforme lo especificado en la petición, una ley similar vigente en Catalunya desde 2003 provocó una disminución del 30% en la venta de animales. También se lograron reducir los abandonos que tienen lugar cuando el cachorro crece y deja de ser el “juguete” de la casa, así como un aumento en las adopciones de los animales sin hogar.

Esto último es uno de los logros más importantes por la incidencia que tienen los refugios en la toma de conciencia sobre la entidad de “sujeto” del animal y no la de “objeto” de uso y descarte.