Mariana Calderón: «Los títeres ayudan a los niños y niñas a reconocer sus emociones»

Por Inés Tiphaine ([email protected])

Edición: Florencia Romeo ([email protected])

El día que cambió la vida del Sr. Odio’´´es una obra teatral para chicos de esas que también disfrutan (y mucho) los adultos que los llevan. Adaptada y dirigida por Vanessa León y Mariana Calderón, utiliza elementos del teatro de títeres para enriquecer una historia a favor de la inclusión.

Desde el principio hasta el final el espectador se mete en un mundo lleno de emociones y risas, pero quizás uno de los mayores atractivos de ‘El día que cambió la vida al Sr. Odio’ sea la interacción con el público, algo que fascina a todos, pero en especial a los más pequeños.

La trata es tan sencilla como significativa: cuenta un día en la vida del Sr. Odio y de cómo la mudanza del Sr. Amor, su nuevo vecino, lo afecta y le cambia la vida. Un mensaje simple, potente, efectivo, que llega fácil a los niños y profundo a los mayores.

El equipo que lleva adelante la obra, con Mariana Calderón al frente.

Mariana Calderón, directora de la obra de títeresEl día que cambió la vida del Sr. Odio’ y además la narradora de la obra, en diálogo con El Café Diario cuenta cómo fue el proceso de la obra y las sensaciones que quedaron del estreno.  

¿Cómo fue el estreno de la obra ‘El día que cambió la vida del Sr. Odio‘?

El estreno fue maravilloso, muy emotivo y lleno de una energía mística. No sólo por la cohesión que siento que hemos logrado a nivel de todo el equipo, sino por ver por fin materializado un trabajo que fue sostenido durante toda la pandemia. El hecho de poder volver a las tablas de forma presencial, tener el contacto directo nuevamente con el público, las reacciones inmediatas, las risas, la participación de los niños y las familias y poder hacerlo en una sala como Hasta Trilce, que tiene una magia muy particular, nos hizo sentir muy cómodos y realmente felices.

¿Cuál fue la respuesta de los espectadores?

Las reacciones del público han sido muy gratificantes, también el hecho de que nos manifiesten que se han divertido y a la vez emocionado. El feedback inmediato de les niñes no tiene precio y volver a actuar frente a un público es un regalo, luego de tanto encierro e incertidumbre.

La magia de los títeres

¿Por qué usaron títeres?

Creemos que los títeres son una herramienta pedagógica que ayuda a los niños y niñas a identificar, reconocer y validar sus emociones. Sin embargo, somos de la idea de que el títere y el objeto humanizado no sólo son elementos pedagógicos dirigidos a las primeras infancias sino que es un elemento lúdico útil para cualquier edad, tanto para chicos y chicas, como también para los adultos.

El títere del Sr. Odio, uno de los protagonistas de la obra.

Eso se ve en el público, que los mayores también disfrutan de la propuesta.

En nuestro espectáculo les damos vida a los títeres y a los objetos con el objetivo de conectar con las infancias, dándoles un espacio para la validación de sus emociones. A través de éste elemento buscamos hablar de cosas muy serias, como el odio, el enojo, la envidia y la frustración y esas emociones no tienen edad ni género.

Son temas que les interesan y tocan a todos, en cualquier etapa de la vida.

Las emociones, positivas o negativas por llamarlas de alguna forma, son inherentes a todo ser humano y eso creo que es algo muy potente de la obra, que logra conectar a espectadores de todas las edades, no importa si son chicos o adultos. Elobjeto humanizado y la creación de diferentes imágenes a partir de dichos objetos es un recurso muy atractivo para les niñes. Si lográs captar su atención, enseguida conectan con el mensaje de la obra.

Un proyecto de largo alcance

¿Cómo surgió la idea de la obra?

Empezó en 2016 cuando llegué a vivir a Buenos Aires desde Venezuela. En ese momento, con nuestra agrupación Scenik-Arte pensamos en crear un espectáculo para las infancias, que pudiera hablarles a les niñes desde un lenguaje horizontal, sin subestimarlos. Que pudiera ser divertido pero a la vez que hablara de las cosas que como agrupación y como seres humanos nos importan.

Un muy sonriente Sr. Amor, el otro protagonista de la obra.

¿Cómo eligieron la obra?

Le pedimos autorización a Oswaldo Macciopara realizar una adaptación de un texto de su autoría al teatro de títeres y objetos. Sin embargo, desde aquella fecha hasta el 2020 pasaron muchas cosas en el medio, entre ellas la suspensión de un proyecto para adultos a causa de la pandemia.

¿Cuál era ese proyecto?

Era ‘La Cuarta página’, en el que teníamos una escenografía gigante compuesta por 30 puertas de madera en el escenario. Esa escenografía de puertas quedó en el medio del escenario en marzo del 2020 y así como la pandemia nos cerraba las puertas para estrenar ese espectáculo, a la vez nos abría las puertas del Sr. Odio, que en ese momento fue nuestra carta de salvación.

Una puerta se cerraba, otra se abría…

Empezamos a ensayar tímidamente, sin saber a dónde nos iba a llevar todo esto. Comenzamos un laboratorio de manipulación y realización de títeres y fuimos activando el proceso creativo. En principio era un proyecto pensado en pequeño formato, pero luego se fue transformando y expandiendo, se fue incorporando gente al equipo. Por eso, para nosotros es muy potente la frase de la obra que dice «En la vida por suerte siempre hay más de una puerta«.

¿Cómo lograron la puesta de escena audiovisual, la combinación de la música con los títeres?

Todo el proceso fue muy intuitivo y con la premisa de respetar nuestros tiempos y necesidades creativas, psíquicas y emocionales. Todo lo que se ve en el escenario es producto de la prueba y el error, de la experimentación y de la elección de los materiales más potentes que iban resultando de las improvisaciones y el contacto con los títeres y objetos.

¿Qué papel jugó la música?

El elemento de la música en vivo sí era una idea que teníamos desde el principio. En una primera etapa, empezamos a probar con temas y melodías que nos remitieran a diferentes sensaciones, emociones y atmósferas. Más adelante, cuando ya teníamos más consolidados los cuadros o escenas, se incorporó Amanda Querales para darle ese toque de magia y vitalidad que nos faltaba.

¿Por qué incluyeron una narradora?

Es innovadora, dado que la figura del narrador no suele preponderar en los textos dramáticos. La historia nos presenta un personaje, el Sr. Odio, que realiza un viaje de transformación en tan solo un día. En ese sentido, la narradora es fundamental para encuadrar la historia y contarles a los espectadores –a través de una metateatralidad que resulta muy atractiva– el inicio, el desarrollo y el desenlace del personaje principal.

Tiene un rol muy destacado.

Sí, porque la narradora es el elemento unificador entre el público, los intérpretes y los personajes de la historia. También es la que marca el tiempo de la historia. Es la que introduce al espectador a los diferentes picos de la historia. Su figura es atractiva porque es la única que sabe todo lo que va a pasar en la historia desde el comienzo, pero nos va dosificando la información, al mejor estilo de una cuentacuentos, generándonos interés, suspenso y develando los más recónditos pensamientos del personaje principal.

Es un elemento útil para los espectadores más chicos, así no se pierden nada de la historia.

La narradora es sin duda un elemento que les permite a las niñas y niños comunicarse con la historia. Establece una dialéctica muy atractiva entre los personajes y el público en general. Es el personaje que permite no sólo llevar el hilo conductor de la historia sino que también, como en los libros, nos permite entrar en los verdaderos pensamientos del personaje y esto hace que el espectador se sienta cómplice y, a la vez, identificado.

La obra de títeres ‘El día que cambió la vida del Sr. Odio’ se presenta los sábados de noviembre a las 16 en Hasta Trilce, Maza 177, CABA. Entrada: $700.