Por Guillermo Tagliaferri ([email protected])
Edición: Florencia Romeo ([email protected])
El cine brinda un claro y estremecedor testimonio sobre la vida y los últimos días de Sebastián Moro, el periodista nacido en Mendoza y radicado en La Paz, donde ejerció su profesión y encontró la muerte durante el trágico golpe de estado de 2019. Moro estuvo siempre comprometido con temas sociales y de derechos humanos. Por eso fue apreciado por muchos y, quizás, también por eso fue torturado y asesinado a sus 40 años.
Sebastián Moro, el caminante, coproducción entre Argentina y Bolivia, fue proyectada en el 35º ciclo La mujer y el cine, en el CCK, y en la Universidad de Mendoza, y tendrá su estreno comercial a partir del 1º de junio en el cine Gaumont y en el Malba. Unos días antes de este estreno comercial, El Café Diario estuvo en la función especial para la prensa observando la película y dialogando con su directora, María Laura Cali.
Testimonios de sus colegas, en Radio Nacional de Mendoza, Prensa Rural y Radio Comunitaria, medios de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos (CSUTCB), y de Quinta Pata y Página 12, de los cuales era corresponsal en Bolivia, permiten conocer la pasión periodística y el compromiso social y humanitario de Moro. Y las imágenes y palabras de su madre Raquel Rocchietti y sus hermanas Melody y Penélope presentan al Sebastián humano.
Este recorrido fílmico de la cronología del periodista argentino, con predominancia de su etapa en Bolivia y mostrando su costumbre de salir a caminar durante la noche, refleja un triste momento político e histórico de la nación vecina: el golpe de estado tras las elecciones que marcaron la continuidad de Evo Morales como presidente, y los terribles episodios de violencia. Un postal repetida en América Latina.

Sebastián Moro, en una de sus rutinarias caminatas nocturnas sobre el empedrado de La Paz, su último sitio de residencia.
La voz, en off, utilizada en varias partes de la película, es original del propio Moro. Sus mensajes de WhatsApp posibilitaron utilizar su testimonio oral para reflejar sus sensaciones y estados de ánimo. Otro punto a favor del film es que en ningún momento se recurre a golpes bajos; simplemente, se desglosa la historia y se va hilvanando la forma de trabajar, pensar y moverse del personaje, lo que se acompaña con valiosos testimonios, escenas y documentos.
Sebastián Moro, el caminante fue filmado en Mendoza y en La Paz, con staff local en ambas locaciones. La producción unió a Barakacine (Argentina); Buda Casa Productora (Mendoza) y Fundación Grupo Ukamau (Bolivia) y recibió el apoyo del INCAA y Cine Mecenazgo.
La palabra de la directora
María Laura Cali, directora y guionista de Sebastián Moro, el caminante, estuvo acompañada por los productores Marcelo Schapces y Pedro Lijeron Vargas y la periodista Gloria Beretervide, responsable de la investigación periodística, en la función privada para la prensa. Y luego brindó su enfoque y respondió preguntas.

Los productores Pedro Lijerón y Marcelo Schapces, la directora María Laura Cali y la investigadora Gloria Beretervide, en el preestreno de prensa.
¿Qué sensación le deja la película?
Después de un proceso largo, larguísimo, de trabajo, lo que siento en estas primeras presentaciones, la primera recepción que tengo es la de tarea cumplida. Y siento una gran satisfacción de que lo hicimos posible. Estoy medio emocionada, perdón.
¿Influyó el hecho de haber conocido y tratado a Moro?
Conocí a Sebastián cuando estuve en La Paz en 2019, presentando mi anterior documental. Gloria me hablaba mucho de él y me llevó al programa de Sebastián para una entrevista. Eran los días previos a las elecciones, tanto en Bolivia como en Argentina. Y fue preciosa esa entrevista. Aparte, Sebastián era de Mendoza, yo de San Luis y su papá había vivido en San Luis. Lo que yo relataba en ese documental eran los despidos masivos del gobierno de la gestión anterior y él había llegado a Bolivia por eso. Entonces, fue una experiencia sumamente emotiva desde todo punto de vista.
¿Recuerda algo más de aquel encuentro?
Yo recuerdo que cuando salimos de esa charla, le dije que tenía que recuperar un material que le habían borrado en la radio en Mendoza, aunque le llevase muchos años. Y él hizo un gesto como que eso iba a ser imposible. Le habían borrado los 250 trabajos de investigación que había hecho sobre los juicios de lesa humanidad. Esa fue otra de las causas por las que él termina decidiendo irse del país.
¿Continuaron en contacto?
Después de vernos en Bolivia, yo regresé a la Argentina y vinieron las elecciones allá. La verdad, nunca imaginé que iba a haber tanta violencia y que se vendría el golpe de estado. Íbamos siguiendo todo lo que pasaba día a día con Gloria, que también había regresado después de muchos años como corresponsal. Fue impactante enterarnos de que a Sebastián lo encontraron desvanecido y lo llevaron a un hospital, lleno de golpes en su cuerpo, donde finalmente murió. Fue el primer periodista que anunció el golpe de estado en Bolivia y la complicidad de las fuerzas armadas con la policía.
¿Cuándo se decidió a registrar lo ocurrido en una película?
Apenas murió, me dije: “Tenemos que contar la historia de Sebastián”. Y me puse en contacto con la familia y empecé a investigar más. Sus audios eran muy conmovedores, sobre todo ver cómo su voz iba cambiando, de su cotidianeidad periodística a los últimos días por las amenazas que recibieron en la radio y lo grave de la situación. Así que ahí empezamos todo este trabajo y, por suerte, se fue sumando gente que estaba convencida de que la historia tenía que ser contada. Llegamos a Ukamau, con quienes nos conocemos desde muchos años. que fue un gran respaldo para la película y también fue fundamental el apoyo de Marcelo. de Barakacine, que fue el primero que dijo, sí, lo vamos a hacer, vamos a contar esta historia.

Una escena de la película, con el fondo de la pintoresca ciudad boliviana de La Paz.
Entonces, ya tenía producción en Buenos Aires y en La Paz. Sólo faltaba Mendoza.
Sí. Luego conseguimos a Buda, una productora de Mendoza. Y ya con toda esa estructura empezamos. en plena pandemia, a buscar todo el financiamiento posible y el asesoramiento. Yo siento mucha satisfacción, siento que le estoy devolviendo la voz a Sebastián. Eso es lo que me impulsó, porque me quedó ese recuerdo de que se había ido exiliado porque le habían borrado todos sus trabajos de investigación de la radio y se sentía perseguido por el gobierno nacional de entonces. Y allá le quitaron la vida.
¿Cree que a partir de esta película se puede llegar a esclarecer que ocurrió realmente esa noche trágica?
Yo estoy convencida de que a Sebastián esa noche lo golpearon y lo asesinaron, le provocaron el ACV que lo llevó a la muerte. Y deseo que esta película se convierta en una colaboración para la familia, que está buscando, desde hace tres años, justicia por Sebastián. Por eso siento satisfacción. Lo demás es contar, lo mejor posible, la historia desde un registro cinematográfico de él.
¿El resultado de la película fue el esperado?
Yo no quería que fuera un trabajo periodístico y tampoco quería que fuera un homenaje. Quería que fuera la propia voz de Sebastián, que me fuera llevando él con sus audios. Sumado a todos sus textos, por ejemplo, sus crónicas en La Quinta Pata, un medio digital de Mendoza, son hermosas. Eran crónicas de todo: políticas, sociales, culturales. Era casi como leer su diario personal. Ahí lo conocí mucho más y traté de ponerme en el lugar al que me iba conduciendo.
¿Cómo se contactó con la madre y las hermanas de Moro y cómo fue la relación?
A Raquel, Penélope y Melody llegué a través de Gloria y por eso me abrieron las puertas. Me hospedé en la casa de ellas, en la habitación de Sebastián. Ni siquiera habían abierto las cajas que habían traído de Bolivia, ni revisado la computadora personal, que era de Igualdad Cultural, con que trabajaba. Fue para mí una experiencia muy fuerte. Ahí construimos una relación grande, ellas me dicen que soy parte de la familia. Se generó un vínculo afectivo importante. Después coincidimos en La Paz, mientras nosotros filmábamos allá y ellas viajaron para declarar en la causa.
La participación de la familia muestra la parte más humana y personal de Moro. ¿Ese fue el efecto buscado?
Totalmente. La parte más dura está con el testimonio de sus compañeros de trabajo en Bolivia. Quería mostrar, también, a Sebastián como persona, su parte más humana. La familia aporta el testimonio de su personalidad.
Un pedido de memoria, justicia y verdad
Gloria Beretervide, encargada de la investigación periodística, destacó que «hay que continuar con esta historia, impulsando memoria, verdad y justicia. Que el juicio vaya adelante. Que se investiguen las presiones que sufrió la familia para que se creme el cuerpo para borrar pruebas de la tortura. También, por qué se negaron a trasladar a Sebastián en los aviones sanitarios, que sí usaban para llevar armas a Bolivia. Y las contradicciones en los distintos testimonios que dieron en la Clínica donde lo llevaron. A partir de esta película van a surgir investigaciones laterales que van a llevar a la Justicia«.

Flyer oficial de Sebastián Moro, el caminante, que retrata la vida y el trágico final del periodista mendocino.