Por Inés Tiphaine ([email protected])
Edición: Florencia Romeo ([email protected])
Sancionada en 2006, la Ley 26.150 establece que es obligatorio enseñar Educación Sexual Integral (ESI) en todo el país. Sin embargo, todavía falta mucho camino por recorrer, porque aún no se aplica en todos los distritos. Tal el caso de las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires. Karina Olivares, secretaria de Derechos Humanos de la Asociación Docente ADEMyS, en diálogo con El Café Diario hace un balance sobre los avances de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI).

Avance lento e insuficiente
Karina Olivares, secretaria de Derechos Humanos de la Asociación Docente ADEMyS, en diálogo con El Café Diario hizo un balance sobre los avances de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI).
¿Qué cambió a partir de la sanción de la ley ESI 15 años atrás?
El primer cambio fue que nos dio un respaldo legal a los que ya veníamos trabajando esos contenidos. Ahora es una obligación que las escuelas trabajen desde la ESI y es un derecho –que me parece fundamental– de los niños, niñas y adolescentes a recibir educación sexual integral.
¿Cambiaron los contenidos?
Hay un cambio absoluto de perspectiva porque educación sexual siempre hubo. El cambio podría ser mucho más profundo, tal vez, si hubiera más políticas dirigidas a que la ley realmente se implemente en todas las escuelas; por ejemplo plantear los contenidos específicos para cada grado.
¿Cómo se trabaja en el aula con los chicos?
Se modificó la manera que nos dirigimos hacia los niños y las niñas. En los últimos años, sobre todo a partir de la lucha de los movimientos de mujeres, trans, travestis, no binaries y otras identidades, y de leyes como la de Identidad de Género, se empezó a cuestionar el binarismo. Ya no entendemos que hay niños y niñas sino también hay niñes que pueden no sentirse identificados con ninguno de esos dos géneros, en los que se dividía a la sociedad.
¿Se refiere a les niñes trans?
Poco a poco empiezan a ser visibles las niñeces trans. Siempre existieron pero se mantenían ocultas o invisibilizadas. Me parece que son cambios importantes que repercuten en la sociedad, hacen que la ley ESI se empiece a implementar. A su vez la implementación de la ESI permite la discusión de las nuevas generaciones y docentes en las escuelas, con otras inquietudes. El cambio es palpable.
¿Cómo se abordan los contenidos en las escuelas?
Necesitamos muchísima capacitación, hay compañeres que no trabajan la ESI porque están insegures, sienten que no tienen las herramientas necesarias para poder abordarla y porque, justamente, la educación sexual atraviesa a todos y todas.
¿En qué sentido?
En el momento que se plantea, los y las docentes se plantean su propia sexualidad, su formación, sus estereotipos. Hay una falta de información que tenemos sobre nuestro cuerpo. La sexualidad hay que trabajarla no solo por una protección ante una enfermedad o un embarazo sino como un deseo, de poder gozar de nuestros propios cuerpos.
Algunos déficits
¿Cuentan con material suficiente para dar estos contenidos?
La verdad es que no, tenemos pocos materiales. Cuando te pones a planificar un taller de determinado tema terminamos armando nosotras mismas los materiales de lectura o expositivos. Esto sucede porque no encontramos materiales elaborados que estén buenos realmente, que contemplen una perspectiva de género a partir de la ley.
¿Qué cosas faltan?
Por ejemplo, faltan láminas. Si buscamos una para trabajar el cuerpo humano, las láminas para ESI preparadas por el Ministerio de Educación siguen mostrando un cuerpo claramente estereotipado de un varón y una mujer, cuerpos que tal vez son los cuerpos ideales, pero no encontrás cuerpos intersexuales, cuerpos que no tengan el talle hegemónico en nuestra sociedad, que responde al estereotipo de belleza.
¿Se pueden capacitar?
Faltan capacitaciones obligatorias –que deberían serlo– porque, tal vez, hay docentes que si las tuvieran empezarían a interesarse más y a ver la importancia de trabajar la ESI. Sería fundamental que se aplicaran políticas de formación, materiales al alcance de todas y todos los docentes.
Cambio de perspectiva
La ley 26.150 plantea un cambio de enfoque en cuanto a la perspectiva de la sexualidad. ¿Esto repercutió en la sociedad?
La ESI tiene una perspectiva de género y de derechos humanos, de derechos de los niños y adolescentes, de los derechos de las mujeres y de las disidencias, lo que ha permitido cuestionar otras prácticas y otras situaciones conflictivas inclusive dentro de la sociedad y las aulas.
¿Como cuáles?
En todo lo relacionado con la discriminación, no solo sexual o de género, sino el racismo, un trabajo de identidad muy fuerte. Sobre el valor de las palabras y los sentimientos de los niños y adolescentes. Aporta al darles una voz, un protagonismo que de a poco va cuestionando el adultocentrismo que reina en nuestra sociedad.

El Ministerio de Educación creó un Observatorio Federal ESI. ¿Ayuda para monitorear la ley?
Por ahora no está teniendo un efecto real en las escuelas, ni siquiera es conocido.
Por último, ¿cuál es su balance de estos 15 años de ESI?
La educación sexual integral con perspectiva de género y de derechos lo que ha hecho es plantear que la sexualidad no es solamente una cuestión de reproducción como se tomaba antes, sino pensar la sexualidad de una manera más amplia que incluye aspectos emocionales, psicológicos e ideológicos. Este cambio lo plantea la ley.
¿Qué les critica a las autoridades, antes y ahora?
Está la ley pero no hay ningún monitoreo en las escuelas para ver si se está implementando. No se han hecho encuestas o hay un acompañamiento para que se lleve adelante. Ni siquiera en la formación.
¿Qué sucede con los cursos de formación?
Doy un ejemplo que sirve de muestra. El postítulo del Instituto Superior del Profesorado Joaquín V. González en CABA es un posgrado al que solo se pueden anotar hasta mil personas y después se sortean cien vacantes por año. Quedan miles de docentes afuera todos los años queriendo hacer ese postítulo. No solo no se agregan cursos sino que se reducen y no hay muchos lugares para hacer este postítulo. Este es un ejemplo claro de cómo en lugar de promoverlo se restringe en los hechos.
Conclusiones
Las sensaciones son positivas. Especialistas y referentes del ámbito docente coinciden en que la norma implicó un cambio de 180 grados en el abordaje de la sexualidad en la escuela y que abrió caminos hacia a otros hitos del acceso a derechos, como el matrimonio igualitario y la ley del aborto (IVE).
Además, se creó el Programa Nacional de Educación Sexual Integral cuyos lineamientos son de cumplimiento obligatorio por todas las jurisdicciones a partir de acciones sistemáticas diseñadas por cada institución, en el marco del respeto a su ideario institucional y a las convicciones de sus miembros.