Grisel Bercovich : «La sociedad actual desvaloriza el arte y lo legitima poco»

Por Lola López Quai ([email protected])

La cantante Grisel Bercovich define que «cantar es ser» en el sentido meditativo de ser lo que uno hace y lo que uno es. Pasa por «enfocarme en el aquí y ahora», donde voz y cuerpo están profundamente unidos. «En mi caso particular, cantar también es ser porque es uno de los lugares más sinceros, menos caretas y con menos vueltas para mí, donde casi todas son certezas«.

Su nombre es con s y la Gricel del tango es con c. ¿Qué pasó ahí?

Creo que Grisel es originariamente con s porque viene de Griselda, aunque por supuesto también puede ser con c. A mí me pusieron Grisel, sobre todo, porque le gustó a mi mamá: Grisel es una guerrera alemana y a ella creo que le pareció interesante que su hija sea una guerrera, en un sentido positivo.

¿Y con el tema musical qué sucedió?

Un día me encontré con el disco ‘La la la’ de (Luis) Spinetta y (Fito) Páez y cuando escuché la versión de ellos de ‘Gricel’ me encantó. A partir del encuentro con el tango ‘Gricel’ me empecé a apropiar de mi nombre de otra manera, como atravesada por él. Entonces seguí siendo Grisel, pero con la resonancia y la inquietud que dejaba en mí ese tango y el tango en general.

La cantante se hace cargo del legado de su nombre, que rezuma tango.

«Me seduce la obra de Contursi, su poesía, tan cercana. Para mí, él llevó el tango canción hacia la canción tango; además, él me resulta muy interesante…»

¿Su conexión con José María Contursi viene por su nombre?

Sí. Me seduce la obra de Contursi, su poesía, tan cercana. Para mí, él llevó el tango canción hacia la canción tango, me gusta jugar con ese concepto. Además, él me resulta muy interesante. Me pregunto cómo habrá sido. A partir de fotos, cartas, documentales, entrevistas aparece como un hombre apasionado, profundo y creativo.

¿Cómo se engancha con esa historia de amor?

Jugando a que soy Susana Gricel Viganó, la Gricel de Contursi. Me atrapa esa historia, no por el componente de dolor sino por la fuerza del amor. El componente de dolor probablemente hizo que Katunga, como le decían a José María, escribiera muchas letras inspiradas en Gricel.

A mí me atrapa o me conmueve por momentos el dolor, pero creo que el humor, la picardía o el amor en una fase de encuentro lo hacen con una fuerza parecida. La historia de Gricel y Contursi me convoca porque va más allá de todo, traspasa el cielo, la distancia, los matrimonios, y simplemente sucede.

¿Será que toda historia de amor debe tener un componente de dolor?

Creo que todos tenemos un componente de dolor en nuestras vidas, que podría ser algo de la falta que nos constituye y hace que seamos seres deseantes. El asunto es qué hacemos con ese dolor. Entonces, las historias de amor tienen un componente de dolor que funciona como un componente de color casi inevitable.

«Todos tenemos un componente de dolor en nuestras vidas, el asunto es qué hacemos con ese dolor; las historias de amor tienen un componente de dolor que funciona como un componente de color casi inevitable…»

Nuevo disco

¿En qué consistirá el espectáculo ‘Traspacielo’, que ensaya actualmente?

En Traspacielose cuenta la historia de amor entre Gricel y Contursi a través de canciones y un guión. Hilando más fino, muchas cosas. Por un lado, lo musical, el punto de vista de Juan Correa, pianista y arreglador de las canciones, en comunión con mi manera de cantar y decir.

Por otra parte, el texto dramático que narra la historia de los protagonistas. Se abre también el universo poético de José María Contursi, y a la vez el mío como cantautora, en una suerte de respuesta a las canciones del letrista. Son varias capas que coexisten y que al mezclarse constituyen la obra.

Grisel Bercovich, artista dotada de una sensibilidad enorme.

¿Dónde encaja su disco ‘Traspacielo’? ¿Es todo parte de una obra total? 

Puede ser una obra que funciona como una totalidad o pueden ser dos obras (discos) separadas. ‘Grisel canta a Contursi’ y ‘Traspacielo’ son dos discos de cuatro o cinco temas, que sin duda constituyen una obra total. En este caso, también forman parte de un espectáculo. E incluso funcionan separados. Sugiero escuchar primero ‘Grisel canta a Contursi’ y llegar desde esa escucha a ‘Traspacielo’, se me ocurre que así el efecto es más potente.

«Sugiero escuchar primero ‘Grisel canta a Contursi’ y llegar desde esa escucha a ‘Traspacielo’, se me ocurre que así el efecto es más potente…»

Una pandemia desafiante

Ya llevamos año y medio de pandemia. ¿Cómo vive esta nueva situación? ¿La pasa mal o sirvió para hacer una introspección?

Ufff, se me ocurren tantas cosas… Como todo, depende en qué sentido. Por ahora, en lo personal, cotidiano, no la pasé mal. Como artista, me sirve para profundizar, sentarme a estudiar e ir cada vez más a fondo con lo que me resulta dificultoso. Pero, a la vez, resulta más difícil entrar en un lugar de inspiración.

¿Le preocupa la situación general?

Claro, por la enfermedad y todo lo que eso implica, porque no sabemos cuánto va a durar. Por las muertes, por tanta tensión política. Por una incertidumbre que no es buena. Siento que los artistas tenemos algo muy preciado que es nuestro oficio, nuestra mirada, que eso nos calma.

Sin embargo, podría hacer una lista muy larga de cosas que me incomodan, que creo que podríamos mejorar los artistas como grupo en relación a la solidaridad, al esnobismo, a corrernos de los egos. Y por otro lado, creo que el arte tiene un lugar un poco desvalorizado y poco legitimado en nuestra sociedad.

«Los artistas poríamos mejorar como grupo a la sociedad actual en relación a la solidaridad, al esnobismo, a corrernos de los egos…»

Grisel Bercovich, una cantante con compromiso social y fuerza particulares.

En cuanto a las clases de canto, ¿hay más demanda?

Puede ser que haya un poco más de demanda, o una demanda diferente. La gente está más en su casa y probablemente tiene tiempo y espacio para preguntarse más cosas sobre sus deseos. Eso puede derivar en que quieran, por ejemplo, empezar a cantar. Pero también, al menos en mi caso, lo grupal está bastante coartado, se complica dar una clase grupal de canto por Zoom.

En su experiencia como docente, ¿qué es lo que más cuesta en general al momento de largarse a cantar? 

Probablemente cuesta escuchar-se. ¿Cómo escucho el sonido de mi voz? ¿Me gusta, o directamente me provoca rechazo? También aparecen las dificultades y ¿a quién no le cuesta atravesarlas y vencerlas? Aparece todo eso, pero creo que hay que trascenderlo y es como cuando uno pasa las nubes al viajar en avión: puede haber turbulencias, pero se despeja.  

Se habla de la respiración como una herramienta para calmar la mente. ¿La respiración para cantar se relaciona con esto?

Sí, totalmente. Para mí, todo se une. La voz es una, la que canta y la que habla, la que se enoja, gime o llora. Tenemos todo un poco separado todavía. La respiración es el motor. Es nuestra necesidad de lo de afuera para ser adentro. Creo que la conciencia de la respiración nos recuerda y nos trae al presente puro. Después están las formas de respirar que fuimos aprendiendo y que nos sirven para diferentes cosas de la vida. Por ejemplo, para calmarnos, para parir, para cantar, para hacer yoga, para ir más allá con nuestro cuerpo.

«La respiración es el motor, es nuestra necesidad de lo de afuera para ser adentro; ser conscientes de ella nos recuerda y nos trae al presente puro…»

Ya que estamos, ¿nos da un ejercicio para practicar?

Prueben ir aquietando la respiración, sintiendo cómo entra y sale el aire, llenar los pulmones un poco más de lo habitual. Después de la inspiración, retengan el aire unos segundos. Y después, sin hacer fuerza con la garganta, saquen una A aflojando maxilar, el entrecejo, y dejando que inunde todo su cuerpo. Fíjense qué sienten después de tres minutos de hacer este ejercicio.