Por Bernardo Falvella ([email protected])
Argentina atraviesa una situaciĂłn preocupante como consecuencia de la pandemia del coronavirus, con un panorama sanitario al que la mayorĂa de los especialistas denominan como «segunda ola». El mundo del deporte en general, si bien el foco se colocar sobre el fĂștbol, vuelve a vivir momentos de incertidumbre.
Rebrotes sin control
En las Ășltimas semanas se han conocido innumerables casos positivos de COVID-19 tanto en los clubes de la Superliga como en las diversas categorĂas del ascenso.

Ya se cuentan mĂĄs de 150 casos positivos entre futbolistas, directores tĂ©cnicos, dirigentes y allegados a los planteles, tras los hisopados que se han practicado en las instituciones conforme al protocolo preventivo que exige la AsociaciĂłn del FĂștbol Argentino (AFA).

Los contagios registrados en Sarmiento de JunĂn, Banfield, Gimnasia y Esgrima de La Plata, Racing Club, Independiente, San Lorenzo, Estudiantes de La Plata, River Plate y Boca -entre otros equipos-, son ejemplos que reflejan una realidad sanitaria fuera de control.
A su vez, tambiĂ©n marcan el incumplimiento de los protocolos de salud, producto de una relajaciĂłn que se ha dejado ver en la Ășltima recta del verano argentino de manera generalizada en la sociedad. El fĂștbol la ha reflejado a su manera.
El rebrote de contagios no sĂłlo implica una preocupaciĂłn desde el aspecto sanitario, sino que perjudica a los equipos que se ven mĂĄs afectados por la enfermedad y que deben afrontar la competencia oficial con un plantel diezmado. La posibilidad de poder competir en igualdad de condiciones, como consecuencia de lo que ocurre, se diluye.
Parar la pelota parece poco redituable
Ante el panorama actual las autoridades mĂĄximas de la calle Viamonte han tomado la decisiĂłn de que todas las categorĂas del fĂștbol local vuelvan a la Fase 1, obligando a los clubes a respetar los protocolos de sanidad de manera estricta.
Las medidas buscan mitigar el problema, pero se empieza a rumorear que algunas personas influyentes entre quienes manejan las riendas de este deporte se plantean seriamente de suspender la actividad nuevamente como una necesidad. Al menos por un tiempo.
Las chances de que esto ocurra existen, pero es tal el volumen de negocio que gira en torno al fĂștbol, con los derechos de televisaciĂłn de los encuentros -la columna vertebral de los ingresos econĂłmicos en la mayorĂa de los clubes- en un primer plano, que un nuevo apagĂłn del fĂștbol se antoja improbable. La enorme cantidad de empleados que dependen de un sueldo fijo y desarrollan tareas internas en las instituciones, es otro obstĂĄculo ya que el contexto es muy hostil para con ellos.
Todos estos elementos conspiran para que no se pueda llegar a un consenso general respecto a aplicar un nuevo blackout sobre deporte mĂĄs popular. La realidad es compleja y la continuidad del fĂștbol en el futuro inmediato estĂĄ en el aire.
La AFA no tiene en mente suspender la competencia y por mĂĄs que el Gobierno ha anunciado las nuevas restricciones merced al aumento exponencial en la tasa de contagios, el balĂłn seguirĂĄ rodando. Julio Humberto Grondona, expresidente de la AFA, solĂa decir «todo pasa«. La mesa ejecutiva del mĂĄximo organismo rector del fĂștbol argentino la mantiene vigente.
Suspender o no suspender, esa es la cuestiĂłn
En diĂĄlogo con El CafĂ© Diario, varios de los protagonistas del fĂștbol argentino exhiben diversas posturas respecto a la chance de que la actividad oficial haga una pausa.
Jorge Gabrich, segundo entrenador del plantel profesional del Club AtlĂ©tico Platense, equipo de primera divisiĂłn, sostiene que «la postura de nuestro club siempre fue tener mĂĄximo cuidado. Como todo trabajador, no quiero que el fĂștbol se pare, pero sĂ que haya cuidado, mĂĄs que nada entre los jĂłvenes, que son los que hoy mĂĄs se estĂĄn contagiando; esta situaciĂłn nos termina perjudicando a todos«.

Mientras tanto, Juan Cruz Komar, defensor de Talleres de CĂłrdoba, club tambiĂ©n de la primera divisiĂłn, indica que «se tiene que seguir jugando. Se pueden mejorar los protocolos y reprogramar partidos donde haya equipos con un nĂșmero elevado de casos de COVID. Pero no se puede volver a parar el futbol».

Cabe destacar la postura de Real Pilar, club que milita en la Primera C, donde la cĂșpula dirigencial no comparte un criterio Ășnico. EstĂĄn quienes anhelan la cancelaciĂłn de la actividad, y quienes desean que la pelota ruede a como dĂ© lugar.