Por Micaela Sánchez Escobal ([email protected])
El nuevo informe del Observatorio de Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumalá) es tan doloroso como alarmante, ya que según sus registros entre el 1 de enero y el 31 de julio de 2020 ha habido 160 feminicidios en Argentina. De esa cifra, 97 mujeres han sido asesinadas por hombres durante el aislamiento en el marco de la pandemia por coronavirus.
Así las cosas, ha muerto una mujer víctima de violencia de género cada 31 horas en lo que va de 2020. De los 160 feminicidios, siempre según el informe de Mumalá, 143 fueron feminicidios directos, 7 están vinculados a niñas y menores, 8 están vinculados con niños y varones, y 2 están relacionados con trans/travesticidios. La cifra ha sido dada a conocer a partir de un estudio realizado por los principales medios gráficos.
El Observatorio afirma además que un 20% de las víctimas había realizado una denuncia previa sin obtener respuestas ni acciones preventivas, el 5% fue abusada sexualmente, el 15% de los agresores se suicidaron, y el 4% pertenece a las fuerzas de seguridad. A raíz de estos sucesos, 193 niños, niñas y adolescentes se quedaron sin madre porque el 56% de las víctimas tenían hijos.
El informe señala que también hay 26 muertes violentas de mujeres que se encuentran en investigación y 157 intentos de feminicidios que pueden ser juzgados en grado de tentativa.
Cuando el peligro es cercano
El informe de Mumalá entrega además otras estadísticas que reflejan el grado de cercanía o relación que tenían las víctimas con sus agresores. Así, se informa que el 63% de las mujeres agredidas tenía una relación con sus victimarios, ya que eran parejas actuales o ex. Ese ámbito cotidiano es el más peligroso para las mujeres que son víctimas de la violencia machista. Así lo detalla el Observatorio de Mujeres por la Matria Latinoamericana ya que el 36% de los feminicidios ocurrió en el hogar de la víctima y el 32% en la vivienda compartida con el agresor, lo que demuestra el contexto de violencia anterior a esas muertes.
Según el informe del Observatorio, las 160 víctimas tenían las siguientes vinculaciones con sus agresores: el 41% eran pareja, el 22% eran exparejas, el 13% familiares, el 12% conocidos, y sólo el 6%, desconocidos.

En cuanto al lugar físico donde se consumó cada asesinato, el 36% de los casos sucedió en el hogar de la víctima, el 32% en una vivienda compartida con el femicida, el 12% en la vía pública, el 6% en la vivienda de un familiar, el 4% en la vivienda del agresor y el 2% en el trabajo del victimario. Sólo el 4% de los ataques de violencia de género se desarrolló en un descampado.
Las jóvenes, las más afectadas
El estudio indica que el 45% de las víctimas tenían entre 19 y 40 años. También se remarca la vulnerabilidad que sufren las niñas y adolescentes de hasta 15 años, ya que están propensas a sufrir abusos, violaciones o desapariciones.
Según el desglose entregado por el Observatorio, el 8% de las víctimas han sido niñas de o menores 12 años, el 2% adolescentes de entre 13 y 15 años, el 8% jóvenes de 16 a 18 años, el 45% mujeres de entre 19 y 45 años, el 25% adultas de 41 a 60, mientras que un 10% fueron mujeres de más de 60 años.

Declaración de emergencia
Desde la organización Mumalá subrayan la importancia de declarar la emergencia por violencia machista. «Insistimos en la urgencia de declarar la Ley de Emergencia Nacional en Violencia de Género, en la importancia de la implementación y ampliación de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) de manera transversal, y la aplicación de la Ley Micaela, de capacitación obligatoria en violencia de género en todos los ámbitos del Estado, desde una perspectiva feminista, diverse-disidente», afirman sus voceras.
Desde Mumalá exigen mayor presencia del Estado para que se erradique la violencia machista que ejerce el patriarcado contra las mujeres, ya que la mayoría de los feminicidios de este año ocurrieron durante la cuarentena, y urge tomar medidas para poder salvar vidas.