Por Anabel Silvero ([email protected])
Bien sabido es que la comunidad científica realiza cada día miles de experimentos buscando mejorar nuestra calidad de vida y entender más de nuestro planeta y la sociedad en que vivimos.
Algunos de estos experimentos parecerán más útiles que otros, con mayor o menor grado de aplicación, pero también están los otros. Aquellos que nos hacen dudar de la ética que poseen. O la falta de ella.
Seguro recordarán la famosa película protagonizada por Jim Carrey «The Truman Show», en la que un científico creaba un mundo de fantasía para analizar el comportamiento y la vida de Truman. El experimento era un gran show mediático al estilo Gran Hermano. Todas las familias estadounidenses lo seguían a través de sus televisores. Desde el momento que nació, la vida de Truman fue televisada. Fue rodeado de actores contratados que formaban parte del show. Incluso su esposa y su mejor amigo. Todos sabían lo que sucedía menos él.
Claro que este tipo de espectáculo además de seguidores, genera sus detractores. Fue así como alguien logró infiltrarse en ese mundo ideal sembrando la semilla de la duda en Truman. Así fue como de adulto descubrió que toda su vida había sido una gran farsa.
Una película genial, pero sólo eso, fantasía. Nadie podría pensar que algo así pudiera suceder en realidad. Al menos hasta ahora.
«Tres idénticos desconocidos» es un documental del británico Tim Wardle estrenado en CNN Films el 8 de febrero de 2019 en Estados Unidos. Cuenta la historia de unos trillizos separados a los seis meses de nacer y dados en adopción. Estos hermanos, nacidos en 1961, se reencontraron de casualidad cuando tenían 19 años. En ese momento sus vidas cambiaron para siempre.
Trailer de «Tres idénticos Desconocidos» subtitulado en español.
Bajo la dirección del psiquiatra Peter B. Neubauer, los pequeños bebés fueron dados en adopción a tres familias diferentes, sin que éstas supieran que formaban parte del experimento y que sus hijos adoptivos tenían otros hermanos. Durante años los niños recibieron visitas periódicas en las cuales les hacían distintas evaluaciones. A sus padres les dijeron que era parte del seguimiento de la adopción. Estas pruebas terminaron cuando los hermanos descubrieron sus existencias.
Al hacerse conocida su historia de reencuentro, los trillizos disfrutaron de los beneficios que la fama les brindó por un tiempo. Aparecieron en todos los programas televisivos de su época, películas y hasta abrieron un famoso restaurante en New York. Pero la felicidad no dura para siempre y los problemas comenzaron a aparecer. Fue entonces que comenzaron a dudar e investigar más acerca de sus familias biológicas. Con la ayuda del periodista Lawrence Wright, supieron que formaron parte de un experimento científico. Nada de casual tenía lo que les había sucedido.
Al ir enterándose del plan del que fueron parte, los trillizos se sintieron totalmente manipulados y utilizados como ratas de laboratorios, llenos de rabia y tristeza a la vez por haber perdido parte de sus vidas porque alguien así lo dispuso.
Cuando la historia fue publicada, otros hermanos separados comenzaron a aparecer. Aún hoy no se sabe cuántos niños y sus familias formaron parte del estudio avalado por la Junta Judía de Guardianes y la agencia de adopción Louise Wise, hoy sin funcionamiento.
Estos niños fueron enviados a familias de distintos estratos sociales con la idea de analizar su evolución en distintas clases sociales. Los hermanos, además de las similitudes en ciertos gustos que compartían, también se dieron cuenta de que tenían hermanas mayores de la misma edad. Y lo más preocupante es que las madres que los dieron en adopción poseían ciertas características mentales semejantes.
Cuando el Dr. Neubauer fue consultado acerca del motivo del experimento, se limitó a decir que buscaba comprender si el comportamiento de las personas dependía de su crianza o su naturaleza, es decir, su genética. Sólo eso. Los resultados nunca fueron publicados y sus archivos están sellados en la Universidad de Yale, donde podrán abrirse recién en el año 2066.
La historia de estos hermanos resulta por momentos escalofriante. Es casi surrealista todo lo que les sucedió y el impacto que tuvo en sus vidas. Ellos aún no terminan de entender el motivo de tan cruel experimento y tal vez nunca lo entiendan, ya que los archivos están cerrados y quienes crearon el proyecto ya no están en este plano.