Inés Tiphaine ([email protected])
La pandemia lo sorprendió en pleno crecimiento, y aun así el stand up le encontró la vuelta al cierre de los teatros durante la cuarentena, gracias al streaming, el zoom y las transmisiones en vivo a través de las redes sociales.
La expresión ‘Stand Up’ en inglés significa «pónganse de pie» y denomina a una manera de hacer comedia en la que el o la comediante monologa e interactúa de forma directa con el público. Claro que esto depende, en buena medida, de generar ese ida y vuelta, en el que es básico que el público se ría. Si no lo hace, es harto difícil crear el ambiente propicio.

Dada la pandemia, el problema que se les presentó a los humoristas fue cómo adaptar a la virtualidad sus shows en directo y aún así poder lograr esa conexión con el público que estaba en su casa, sin tener el feedback que da el vivo.
Los comediantes Fernando Ender y Fernando Crisci son dos de sus mejores exponentes de este género, y en diálogo con El Café Diario dejan sus impresiones acerca de cómo han hecho y qué han tenido que hacer para (sobre)vivir durante la pandemia, stand up mediante.
Todos los recursos, todos
Ender enfrentó la situación desde el minuto uno: «hice un show de stand up y otro más combinado con humor con Agustín Souza, un gran humorista. Nos hicimos amigos actuando y empezamos a hacer un show llamado ‘Humor en Pantuflas’. Durante casi tres meses teníamos zooms de casi 50 conexiones, con entradas a un precio promedio de 300 pesos por conexión. Eso nos ayudó bastante, pero la cuarentena se hizo muy larga y la gente se empezó a cansar. Hoy llegamos a una situación en que ya no quiere virtualidad».

Artista multifacético, además del stand up, Ender tiene más de 230.000 seguidores en TikTok. Tiene doce años de experiencia en radio como conductor y productor y ha participado en ciclos de humor de TV.
Recursos no le faltan, el problema es que muchas de sus actividades son presenciales: «me dedico a eventos empresariales, casamientos, bar mitzvah, cumpleaños… Todo eso quedo totalmente vedado por la pandemia. Además, solía hacer shows en bares, en el Paseo la Plaza, en teatros… Se cerraron las puertas por todos lados».
Aparte de ser comediante, Ender es productor, genera espacios para el stand up y para que comediantes actúen (cenas, shows). Uno de los salvavidas vino del lado de los monólogos: «vivo del stand up, pero cuando empezó la cuarentena no sabíamos qué iba a pasar. Como soy un generador nato, creo que fui uno de los primeros en reinventarme y arrancar los shows por zoom«.
De a poco se fue armando, y a la vez, la gente se ha ido dando cuenta de que el encierro iba para largo. «Empecé a hacer shows de stand up con distintos comediantes, con un formato en el que éramos dos e invitábamos a dos comediantes más. Lo bueno fue que pudimos invitar a comediantes del resto del país».
Gracias al zoom, Ender abrió una puerta nueva: «la tecnología nos permitió llegar a lugares donde antes era imposible que pudiéramos darnos a conocer. Lo hacíamos a la gorra virtual, de 300 a 1000 pesos, pero los espectadores no tenían obligación de poner plata. Dábamos un número de Whatsapp, dónde la gente se anotaba y abonaba esta colaboración, antes o después del show. Poco a poco, fuimos creciendo en audiencia».
Tendiendo redes (sociales)
A esta altura ya casi es un lugar común, pero durante la pandemia el rol de las redes sociales fue clave para muchos artistas. El propio Ender lo explica bien: «les empecé a dar mucha bola en la pandemia, porque no me quedó otra. Publicaba las programaciones de mis shows y los eventos que hacía, era la forma de vender, pero no veía que crecieran demasiado los seguidores en Instagram y Facebook».
La creatividad hizo la diferencia: «en pandemia, con mi mujer empezamos a hacer vídeos por Tik Tok para divertirnos nosotros, y le dedicamos mucho tiempo. Ella es actriz, con experiencia como clown, yo también hice clown, y le empezamos a encontrar la vuelta a la aplicación. Hasta actuamos en diferentes novelas en Tik Tok y ofrecíamos un video a un precio accesible. La gente nos mandaba audios, los editaba y luego los actuábamos».
Repercusión cruel
Fernando Crisci enfrentó la situación con otros recursos: el on demand y la difusión en las redes sociales de su show ‘Cruel’, de gran repercusión. En su opinión, «el stand up sobrevivió a la pandemia como pudo. Hubo mucho streaming, tuvimos que aprender a usar las plataformas. Aparecieron los shows on demand, que es lo que logré hacer con ‘Cruel’. Creo que sobrevivió al menos hasta que volvieron a abrirse algunos lugares. De todos modos, con una capacidad de apenas un 30 por ciento, se hace difícil trabajar».

Reconoce que las redes son una cuenta pendiente para él: «con las redes sociales me llevo bien. Me sirven para subir material pero no le he encontrado la vuelta a poder usarlas como plataforma para llegar a más gente y vivir de eso, quizá porque tengo poca paciencia. Pero las uso, porque son importantes, desde los vivos de Instagram, YouTube, podcasts como ‘Cuarto Oscuro‘, que grabamos en vivo y subimos a Spotify o a YouTube y nos permiten mostrar lo que sabemos hacer. La tele no tiene lugar para la comedia, y las redes sociales se han convertido en ese lugar donde sí se puede mostrar nuestro trabajo».
De todos modos, Crisci espera volver cuanto antes a la escena presencial: «el género del stand up necesita volver a los escenarios en los bares, a las presentaciones en vivo, con sus respectivos protocolos, por supuesto, pero lo más necesario es la vuelta del humor a los escenarios«.