Por Claudio Bertonatti ([email protected])
Investigador adscrito de la Universidad Maimónides
Asesor científico de la Fundación Azara
En la Argentina, la institución referente sobre la actualidad del grupo zoológico del Oso Andino es la Sociedad Argentina para el Estudio de los Mamíferos (SAREM), que fue creada en 1983 y nuclea a los especialistas dedicados a la investigación de estos vertebrados.
Su revista ‘Mastozoología Neotropical’ integra el núcleo básico de las revistas científicas del CONICET y está indexada en Zoological Record, Wildlife Review, Biological Abstracts (BIOSIS), Latindex (nivel 1), SCImago (Quartile 2), Scopus y Scientific Electronic Library OnLine (SciELO).
Es decir, es de las publicaciones más prestigiosas.
En 2018 la SAREM publicó en su revista la Lista revisada de los mamíferos de Argentina (Teta et al. 2018).
En la página 167, refiriéndose al oso de anteojos dice: «…la presencia de T. ornatus en el noroeste de Argentina ha sido largamente discutida, con opiniones contrastantes basadas en la validez o no de ciertos registros indirectos (e.g., Del Moral & Bracho 2009; Del Moral et al. 2011; Rumiz et al. 2012). Cosse et al. (2014) la indican a partir de pequeños fragmentos degradados de ADN, obtenidos de muestras de pelo y heces, atribuidos a esta especie”.
Más adelante (pág. 192) agrega: “El número de especies reconocidas para la Argentina también aumentó a partir del registro novedoso de taxones distribuidos en países vecinos, incluyendo desde formas pequeñas como murciélagos (e. g., Eptesicus chiriquinus, Myotis izecksohni, M. lavali) o roedores (e. g., Andalgalomys pearsoni), hasta un carnívoro de gran tamaño como el oso andino Tremarctos ornatus (véase arriba para más detalle).” Esta “Lista revisada…” es de acceso público y gratuito desde:
Si los artículos científicos publicados por Del Moral, Bracho, Lameda Camacaro, Cosse, Mannise o Acosta no tuvieran sustento no serían considerados, publicados, citados y -menos aún- tomados como referencia para incluir esta especie en el elenco de la mastofauna argentina. Si hubieran pesado más las dudas que las certezas se habrían descartado como se hizo antes.

Cabe preguntarse, entonces, por qué hay gente que pone en duda la presencia del oso más austral del mundo en territorio argentino. Seguramente, no hay una única respuesta, pero, sí, varias hipótesis: desde los que genuinamente «no creen” (como si se tratara de una cuestión de fe) que la especie esté presente, hasta quienes sienten “invadidos sus territorios” de investigación, experimentan celos profesionales, o temen una competencia por el acceso a la financiación de sus proyectos o estudios.
Convengamos que todo esto también existe.
El oso de anteojos está presente en las selvas de montaña del noroeste argentino. Tan presente como las creencias ancestrales con las que se los asocia.