Por Gabriela Composto ([email protected])
Cuando nos transformamos en padres, comenzamos a transitar el magnífico desafío de criar a nuestros hijos. La Dra. Carina Krasnoff, médica especialista en pediatría, doula de crianza y educadora en masaje infantil certificada por el IAIM (International Association of Infant Massage) explica en esta charla con El Café Diario por qué estar atentos a sus necesidades es una prioridad.
¿Qué quiere decir cuándo afirma que debemos ponernos en el lugar de nuestros hijos?
Es absolutamente relevante ponernos en sus zapatos, y para eso es necesario cambiar el paradigma de crianza y el concepto de infancia que tenemos. Un buen comienzo podría ser eliminando el patrón adultocentrista en el que consideramos que los niños nos deben obediencia ciega y creemos erróneamente que tenemos más derechos que ellos por el solo hecho de ser mayores. Ellos son quienes nos enseñan evolutivamente sus nuevas habilidades, quienes nos muestran concretamente sus necesidades reales. Solo debemos observarlos atentamente, ponernos en su lugar. Comprenderlos. Porque depende de nosotros el brindarles un desarrollo armónico y feliz.
Somos una especie altricial, o sea que necesitamos del cuidado de otra persona para sobrevivir. Y no hablo solo de alimento, sino también -y en altas dosis- de contacto con el cuerpo materno»
Pero cuando son tan pequeños, no siempre comprendemos sus necesidades. ¿Cómo deberíamos hacerlo?
Mirándolos y dedicándoles tiempo para entender lo que necesitan. Fíjese que en los primeros 6 a 9 meses de vida solo hay que recrear el ambiente uterino en el que vivían en condiciones excepcionales. Y lo podemos lograr con abrazo, contacto, tibieza, alimento a demanda. Este proceso de vivir fuera del útero necesitando lo mismo que en el útero, se denomina exterogestación.
Vale recordar que somos una especie altricial, o sea que necesitamos del cuidado de otra persona para sobrevivir. Y no hablo solo de alimento, sino también -y en altas dosis- de contacto con el cuerpo materno. Los bebés son seres emocionales y fusionales, y su cerebro más desarrollado es el límbico o cerebro emocional. No tienen noción de la espera, entonces expresan su malestar -sueño, hambre, necesidad de contacto físico- a través del único mecanismo que tienen, el llanto.
La antropóloga Jean Liedloff, autora de ‘El concepto del Continuum’ dice que «el lugar del bebé no es la cuna ni la sillita ni el cochecito, sino el regazo humano». Otra autora, la psicóloga Rosa Jové escribió que «“si sustituimos la piel por el plástico y la leche humana por la artificial, se separa más y más a la criatura de su madre. Simultáneamente a esta cultura de la crianza de los bebés, la maternidad de las mujeres se medicaliza cada vez más, y lo que tendría que ser una etapa gozosa de nuestra vida sexual se convierte en una penosa enfermedad».
¿Las necesidades cambian a medida que crecen?
Siguen siendo básicamente las mismas -abrazo, mirada, contacto, comunicación- y en cada nueva etapa evolutiva podemos aplicar el mismo criterio donde el intercambio amoroso está siempre, respondiendo a esas necesidades con respeto, empatía, altruismo, amor incondicional y fuera de la autoridad verticalista, en la que nosotros tal vez hemos sido criados.
La crianza es un acto social y acompañar a cada familia en este camino nos da la posibilidad de hacer la mejor prevención en salud»
¿En cuánto a la crianza, que lugar ocupa el pediatra?
No nos corresponde decidir ni imponer modelos de crianza. Sí orientar y acompañar como forma de prevención en salud, en los ámbitos que nos competen. Nosotros somos profesionales de la salud acompañantes, por lo tanto el estilo de crianza que cada familia elije deberíamos respetarlo.
Lo ideal sería que toda la sociedad acompañe esta mirada con múltiples acciones. Facilitando espacios para amamantar, otorgando jornadas laborales más flexibles para familias con bebés pequeños, etcétera. Porque la crianza es un acto social y acompañar a cada familia en este camino nos da la posibilidad de hacer la mejor prevención en salud.
La Dra. Carina Krasnoff es responsable del Espacio Muru-Muru.
E-mail: [email protected] / Tel.: 11 5853-6511