Por Mariana Maidana ([email protected])
A raíz de la clausura del Zoo Luján, realizada el jueves 25 de agosto por la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires junto al Ministerio de Medio Ambiente de la Nación y el Municipio de la Ciudad de Luján, se ha determinado el cierre de este zoológico por tiempo indeterminado.
La decisión se toma a partir de todas las irregularidades que este lugar presentaba en función de las denuncias por el maltrato animal y por la viralización de las fotos del abandono del lugar y de los animales que allí viven.

Los precedentes
Si bien hace años que distintas agrupaciones animalistas solicitan el cierre de este zoológico, recién en los últimos tiempos se comenzaron a tomar medidas por parte del Estado en ese sentido. En julio de 2019 los organismos nacionales intervinieron después de constatar que se permitía el ingreso de los visitantes a las jaulas de los animales para darles de comer, violando de esta manera la Ley 12.238 que prohíbe el contacto directo con la fauna. Esto generó la clausura de varios recintos, entre ellos los de los leones, los tigres y los guacamayos.

En febrero de 2020 estos organismos estatales intervinieron nuevamente ante la publicación en redes sociales de imágenes en las cuales se podía ver a los visitantes entrar a los recintos que estaban clausurados, violando una vez más la ley.
Testimonios espeluznantes
Alexis Vilches, ex empleado del Zoo Luján declara que las condiciones en las que tienen y tratan a los animales que viven allí es deplorable. Asegura que los alimentan con carne podrida de otros animales muertos que recogen de los campos aledaños, y que además, dejaron morir de hambre a un león llamado Víctor de tan sólo 5 años como castigo por saltarle a la gente cuando entraban a su recinto.
Vilches afirma que ha sido obligado a quemar los cadáveres de 7 cachorros de leones para no dejar rastros de su existencia, por no estar inscriptos ante la cartera ambiental nacional cuando fueron asesinados por un león más grande.

Alexis también fue testigo de la muerte de la elefanta Arli. «Al enfermarse, el veterinario no sabía lo que tenía, entonces la medicaba por los molares y pezuñas con cualquier medicación para adivinar su enfermedad. Después de dos días Arli no tuvo más fuerzas y murió», relata.
Y agrega que «nos obligaron a abrirla para hacerle una autopsia y ver si tenía tuberculosis, no siendo veterinarios. Después la enterraron en su propio recinto porque el animal era muy grande para ser quemada».
Cabe destacar que el Zoo Luján no contaba con habilitación nacional ni provincial pero que aún así seguía funcionando, lo que seguía agravando la situación de las denuncias. Es por esto que el Ministerio Ambiental Nacional se presentará como querellante ante la justicia para la investigación de todo lo denunciado por parte de vecinos y visitantes.

Cómo se logra el cierre
Inés, que es miembro de Proyecto Galgo Argentina, organización con la cual impulsó y logró la prohibición de las carreras de perros en Argentina, también es voluntaria de la campaña Cierre del Zoo Luján, cuyo comienzo data de 2014.
Inés explica que esta campaña tiene una petición en la plataforma Change.org que ya ha recaudado más de 448 mil firmas a la petición, lo que significa que gran parte de la sociedad está de acuerdo con el cierre de zoológicos, y de terminar con el lucro y la crueldad del cautiverio de los animales.

La entrevistada dice que a diario recibe testimonios de lo que sucede en ese zoo y añade que «estamos muy contentos de la decisión de cerrar este lugarque tomó el Ministerio de Ambiente, porque pensamos que era algo que nunca se iba a dar y finalmente se ha logrado».