Cambios radicales en el nuevo protocolo escolar de la CABA

Por Inés Tiphaine ([email protected])

Editado por Cecilia Oliveros ([email protected])

El plan «gradual, cuidado y progresivo» para alcanzar la presencialidad total lanzado por  el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y el Ministerio de Educación de la Nación presupone la eliminación del protocolo escolar adoptado durante la pandemia: el regreso a la presencialidad marca que la única burbuja será el aula entera.

Esto, critican las familias, elimina la posibilidad de una distancia mínima de cuidado entre los estudiantes. Lo que permite que haya más horas de clase y que todos los grupos se vuelvan a encontrar.  Si bien se le va a asignar un lugar fijo a cada estudiante y se seguirán respetando las normas de higiene, se abandonará el distanciamiento entre estudiantes de un mismo curso.

Bancos vacíos en un aula que espera a los estudiantes.

Repudio abierto

El colectivoFamilias por un Retorno Seguro a las Escuelasexpresa su «repudio a la decisión inconsulta y arbitraria» del Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta por poner «en riesgo la salud y la vida de estudiantes, trabajadores de la educación y familias».

En otra carta abierta, el colectivo ‘Comunidad del Colegio Nacional Buenos Aires por Salud y Educación’ alerta que el nuevo protocolo que se pretende imponer «nos expone a retroceder los pasos avanzados y caer, como ya ha ocurrido en otras partes del mundo, en una nueva cuarentena estricta que queremos evitar».

La protesta social está presente hasta en los vehículos.

Palabra de docente

Evangelina Paludi, docente de la Escuela N° 8  D. E N° 13 ‘Reino de Thailandia’, puntualiza que «en principio, como docente de una escuela, considero que la decisión de volver a la presencialidad total no está tomada en función de ampliar el derecho a la educación de los estudiantes sino en la necesidad de poder decir en los medios que las escuelas de la Ciudad abren para todos».

«Ocultan la desinversión sostenida que realizan -agrega-, mientras suenan las alarmas en todo el mundo con esta nueva cepa que afecta a toda la población que hoy no está vacunada, incluidos los niños. En algunos casos, están volviendo a fase cero y acá se elimina el distanciamiento social en las escuelas».

Paludi añade que «esta apertura se realiza sin que el Gobierno haya mejorado las condiciones edilicias de ninguna escuela. Y en particular la nuestra, que es de jornada simple, con comedor. Tiene una matrícula de más de 600 estudiantes en la Primaria más Inicial, y hoy sólo tiene dos baños ya que los otros siguen sin arreglarse».

Evangelina Paludi describe las instalaciones de la escuela: «tenemos la complejidad de que el comedor no ocupa un espacio adecuado, es el patio techado más un anexo de la cocina. Para poder funcionar con el distanciamiento que indica el protocolo -ya que los estudiantes no usan barbijo para comer (obviamente)-, se realizarán muchos turnos que finalmente reducen la carga horaria de clases».

«En definitiva -completa-, tampoco se garantiza más escuela. Además, cada protocolo que fue llegando requirió una gran organización de los trabajadores de la escuela y de las familias para reducir el riesgo, pero es el Gobierno de la Ciudad el que rebota nuestras propuestas mientras tiene las herramientas materiales necesarias para poder garantizar una verdadera presencialidad cuidada«.

El alerta de docentes y familias.

Nuevo protocolo escolar desde este lunes

El protocolo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ha programado la vuelta a las clases con una jornada completa y con la apertura de los comedores a partir de este lunes 23 de agosto. El peligro latente es la pérdida del distanciamiento social porque el uso del barbijo será irregular e incluso algunos comedores están en lugares cerrados.

Patricia Pines, docente  y referente del Colectivo Vacantes para todos en las Escuelas Públicas y ‘Familias por un retorno seguro a la escuela’, explica que «venimos denunciando desde el inicio de la presencialidad escolar que nunca hubo condiciones aptas. En febrero modificaron el semáforo epidemiológico para abrir escuelas. Desde el inicio de la presencialidad escolar hubo una escalada de casos que condujo a picos de contagios, internaciones y fallecimientos que se pudieron evitar. Miles de familias, docentes y estudiantes rechazamos y repudiamos el abandono de las medidas de cuidado».

«Toda la comunidad científica recomienda distanciamiento y uso permanente de tapabocas -sostiene- mientras no haya vacunación completa y masiva de la población y no descienda al mínimo la circulación viral comunitaria. En este corto plazo tras el receso de invierno, y cuando todavía había burbujas, hubo ya muchísimos casos de contagios y aislamientos preventivos en las escuelas. Está claro que sin medidas de cuidado, la presencialidad se volverá insostenible porque el riesgo es demasiado alto».

«No hay una explicación lógica, racional, sanitaria ni epidemiológica -sentencia- para obligar a la comunidad a enfermar sin estar toda vacunada con las dos dosis. Por eso pedimos que se entreguen computadoras, que garanticen conectividad, alimentos suficientes y saludables en bolsones y ayudas económicas«

Control de temperatura a los niños antes de ingresar en la escuela.

La docente indica que frente a la presión por parte de las escuelas, las propias familias comenzaron a articularse para reclamar que se sostengan las medidas de cuidado, sobre todo estando tan cerca de que se incluya a los chicos en el plan de vacunación.

Patricia Pines menciona que «no sólo es la falta de distanciamiento; en las jornadas completas y en la mayoría de las escuelas medias que tienen actividades a contra turno, deben almorzar en la escuela; esto implica un riesgo aún mayor. Sin tapabocas y sin distancia en espacios cerrados. Tenemos un virus que ha causado en poco más de un año más de cien mil muertes».

«Falleció más gente de febrero a julio de este año -subraya- que el año pasado de marzo a diciembre. Está claro que no sólo es en la escuela donde obligan a abandonar las medidas de cuidado, también en ámbitos laborales y especialmente en transportes públicos absolutamente colapsados. Ojalá que nuestras voces sean escuchadas y no tengamos que seguir sumando contagios, internaciones y muertes evitables. Ojalá que la dirigencia política que nos obliga a ello tenga que pagar por lo que hizo algún día».

Docentes y familias exponen su contrariedad.

Las familias iniciaron una colecta de firmas y empezaron a mandar cartas a las direcciones de las escuelas. Convocaron, de hecho también, a una caravana dónde se reclamaba que «eliminar la distancia entre estudiantes nos pone en riesgo a todos».

La comunidad educativa del Colegio Nacional Buenos Aires rechazó, durante una conferencia de prensa, la eliminación del distanciamiento social en las aulas y la presencialidad sin cuidados.

La próxima acción llega de la mano de un foro virtual vía Facebook sobre la «presencialidad durante la pandemia. Experiencias comparadas en Argentina y España», donde participarán Valeria Añón, docente de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA), Javier Pérez, docente español, y Ariel Dañón, Licenciado en Física. Ariel y Valeria pertenecen al Colectivo ‘Familias por el Retorno Seguro a las Escuelas’.

«Expertos de la comunidad científica nacional e internacional recomiendan el 80% de la población vacunada en forma completa y la baja o nula circulación viral como condiciones indispensables para pensar una presencialidad realmente segura«, precisa Patricia Pines.

«La experiencia de apertura internacional antes de tiempo está siendo ignorada. En la mayoría de los países con vacunación más avanzada, el avance de las nuevas cepas impide la vuelta a la normalidad», concreta. «Debieron invertir recursos materiales y humanos para garantizar la virtualidad, además de poner toda su atención en vacunar y evitar la proliferación de nuevas cepas para que la pesadilla de una vez termine. En vez de eso, parece que atentan contra la política sanitaria y se esfuerzan por enfermarnos a todos».