La biodiversidad australiana, devorada por el fuego

por Pablo Kulcar ([email protected] )

Australia está experimentando una crisis de incendios sin precedentes. Ya se han quemado 10 millones de hectáreas. Cerca de 2000 casas han sido destruidas, han muerto decenas de personas y aproximadamente mil millones de animales. Se quemaron bosques tropicales ancestrales y áreas únicas en términos de biodiversidad se han perdido para siempre. La comunidad científica teme que también hayan desaparecido especies enteras.

Biodiversidad en jaque

A pesar de los enormes esfuerzos realizados para salvar canguros, koalas y otros animales, miles y miles han sufrido quemaduras y otros tantos han quedado huérfanos. El impacto ha sido devastador. Los incendios son tan inmensos que han creado sus propios sistemas climáticos provocando más incendios al generar tormentas eléctricas secas. Los bomberos nunca han visto nada parecido. Después del año más caluroso registrado en Australia sólo se espera que las condiciones empeoren a medida que el tiempo pase.

Esta catástrofe ha afectado literalmente a millones de personas en todo el país y está derivando hacia una crisis alimentaria. La calidad del aire es muy pobre en las grandes ciudades, incluyendo Sidney y Melbourne, y esto tiene repercusión en la salud pública. Se han cerrado regiones enteras que normalmente reciben muchos turistas y ha habido una terrible pérdida en la vida silvestre. Los impactos económicos se estiman en 4.000 millones de dólares australianos.

Se ha comenzado a llegar a peligrosos puntos de inflexión climáticos. Los bosques arden con esta enorme liberación de dióxido de carbono, pero al mismo tiempo se están perdiendo preciosos sumideros naturales que almacenan CO2.

Conciencia ecológica

La gente está angustiada, sorprendida y enfadada. Por supuesto que ahora la atención se enfoca en la lucha contra los incendios y sus secuelas. Pero se está creando una conciencia de la necesidad de un cambio de sistema. El modelo actual está impulsando la continua demanda de combustibles fósiles. Las corporaciones tienen un enorme poder, y los políticos no están priorizando esta agenda. Es imperiosamente necesario detener la expansión y el financiamiento de los combustibles fósiles con movimientos internacionales, en los ámbitos local e internacional.

La meta es generar en la política, los medios y las corporaciones la obligación de dar respuestas. La clase política sigue negando la crisis climática que estamos viviendo. Ahora que estos incendios forestales han afectado a un país desarrollado, es hora de que el tema deje de ser una posible circunstancia a vivir, para tornarse en un punto central en la  selección de los métodos sustractivos de los que se alimenta nuestro llamado “desarrollo”.

Nos imponen políticas que pensamos insustituibles pero con un poco de información vemos que las mismas sólo miden rentabilidad económica y están muy lejos de ser una única manera de generar riqueza.

Una foto viral de un canguro huyendo se transformó en un ícono de la mortandad de animales durante los graves incendios de Australia.

Amigos de la Tierra: Australia

La dependencia australiana de esta organización internacional ha realizado eventos de recaudación de fondos para entidades benéficas que hacen trabajo de emergencia sobre el terreno. También organizó acciones de vigilancia y protestas para llamar la atención y exigir apoyo para las comunidades afectadas por el fuego, la vida silvestre y el cambio climático.

La mejor manera para que todos puedan ayudar es involucrarse en campañas locales y construir movimientos para detener este suicidio colectivo en nombre de un sistema de producción. Se impone transformar el paradigma de crecimiento de nuestra sociedad de consumo en otro posible que intente dar el lugar que corresponde a la comunidad, pero dentro de un ecosistema perdurable y más sano.

Las principales demandas desde ‘Amigos de la Tierra: Australia’ son financiar y apoyar adecuadamente a los bomberos, apoyar la recuperación de la naturaleza y de las personas, actuar sobre el cambio climático, detener la construcción de nuevas minas de carbón y promover una transición justa hacia la energía renovable impulsada por los pueblos.

Otros casos: inundaciones

Por otro lado, intensas lluvias golpean de nuevo al planeta: en 2019 anegaciones dramáticas en Mozambique, Malaui y Zimbabue (después del ciclón de Idai). Y, en Indonesia, la que se ve afectada últimamente es la ciudad de Yakarta debido a las inundaciones de comienzo de año. Al menos 67 personas han muerto por los deslizamientos de tierra donde miles de hogares han sido arrastrados. Se estima que estos eventos irán en aumento, en intensidad y frecuencia.

Es urgente la financiación desde los países desarrollados a los países en desarrollo para la adaptación al cambio climático. No se puede ni se debe permitir que el poder siga negándose a actuar, porque está en juego el futuro de la raza humana y, sobre todo, la vida en todas sus formas.