Analía y Celeste, una historia maravillosa de amor, y de pasión por el fútbol

Por Roberto Martínez ([email protected])

Analia Sciata (33) y Celeste Dundich (39) se conocieron jugando al fútbol en Platense. Son matrimonio y hace 3 años fundaron FutCyA, escuela integral de fútbol femenino en la que le brindan herramientas a las mujeres para que se puedan desarrollar en el ámbito profesional además de aprender a jugar al futbol. Analía es entrenadora nacional de tenis. Ejerció durante 12 años y cuando sintió que estaba lista pasó a trabajar en lo que realmente la apasiona, el fútbol. Celeste es profesora nacional de Educación Física, jugó 15 años en el primer equipo femenino de Platense, y desde hace 13 temporadas es árbitro profesional de fútbol.

La Asociación del Fútbol Argentino anunció la profesionalización del fútbol femenino. ¿Ya está todo hecho, qué sigue?

Para nada. Cuando viene la gente y te dice «ché, que bueno que se profesionalizaron», nos miramos y les decimos que está bueno, pero no sólo se trata de poner Crónica TV los domingos y ver que hay fútbol femenino en la tele. Las necesidades pasan por otro lado. Pasaron tres años desde que dejamos de jugar en primera en las canchas de once y seguimos escuchando que continúan los mismos problemas, las mismas carencias. San Lorenzo, River, Boca y la UAI le dan viáticos a las chicas, pero los demás clubes no les dan nada y sólo priorizan a los varones. Lo que sucede en Excursionistas es un ejemplo. El equipo se entrena sólo una vez por semana en su cancha, y el resto de los días lo hace en un parque en el que hay pozos, subidas, y las chicas se lesionan, a veces de gravedad. (Analía)

Hace muchos años que juego, y veo bárbaro que de a poco nos den el lugar que merecemos. La mayoría de las chicas se entrenan, laburan, estudian… La ayuda económica es necesaria porque nosotras tenemos que comprarnos la indumentaria, los botines, pagarnos el transporte, todo. Clubes como Boca y River les dan la ropa de entrenamiento a las chicas, pero los botines se los compran ellas. Y cuando entrenás y jugás todos los días, los botines sólo te duran un par de meses, así que hay que renovarlos constantemente. La lucha por la igualdad viene desde hace años y la gran novedad en este sentido es que la CONMEBOL (Confederación Sudamericana de Fútbol) ha obligado a que todos los equipos tengan un equipo femenino si quieren participar de las Copas. Que nos escuchen nos ayuda pero falta mucho por hacer todavía. Por lo menos ha desaparecido el prejuicio «es machona, es tortillera» que había antes. La verdad es que la mujer que juega al futbol no responde en absoluto al estereotipo «uy mirá, parece un varoncito». Hay mucho potencial y lo vemos en nuestra escuela de futbol infantil. (Celeste)

Celeste Dundich sostiene uno de los premios que entrega la Escuela FutCyA a sus alumnas. A su lado, Analía Sciata, su esposa.

La profesionalización del fútbol femenino no pasa por ver partidos en Crónica TV los domingos; las chicas de Excursionistas se entrenan en su estadio una vez por semana, el resto de días en un parque con pozos donde corren el riesgo de lesionarse de gravedad»

(Analía)

¿El fútbol sala indoor les mostró que también pueden ser felices?

En el futsal no sos ni defensora ni atacante fija. Las posiciones rotan constantemente y la dinámica del juego cambia. En once contra once a veces no hay ocasiones de gol y tal vez no tengas la posibilidad de tener la pelota. En cambio en el futsal siempre pasa algo, la pelota se necesita, hay que resolver en un espacio más reducido, hay mayor movimiento, mayor contacto con la pelota. Es mucho más divertido. (Analía) 

Cuando pertenecía a San Miguel estaba emocionada por jugar en primera contra River, pero ese día justo llegó una aprobación para una chica que llevaba años jugando. Quizá era mejor que yo, pero me quitaron del equipo cuando estaba por entrar a la cancha. El entrenador no se manejó bien. Quiero decir, hay cosas dentro y en el entorno del fútbol de once que no suceden en el fútbol sala. Además, es posible que jugando en cancha grande pasen 90 minutos y no ocurra nada. (Celeste)

Qué decepción con ese entrenador en San Miguel…

Sí, me dio tanta bronca que estuve una semana sin ir a entrenar. Después volví porque el fútbol es mi pasión. Me ha pasado veces de perderme todo un domingo porque estaba convocada en la lista del equipo y al final ni siquiera iba al banco de suplentes. A los 20 años me lo bancaba pero ahora ya no. Y el futsal me gusta. Lo jugué hasta el año pasado, pero ahora hay otras prioridades en la pareja, como ser mamá, y yo voy a ser la gestante. Por eso quiero estar abocada a eso. El fútbol no lo voy a dejar ni me va a dejar a mí, pero lo jugaré más adelante con amigas. (Celeste)

La gran novedad en la lucha por la igualdad es que la CONMEBOL haya obligado a los clubes a tener equipo femenino y que nos escuchen; el prejuicio «es machona, es tortillera» es cosa del pasado, algo que no se corresponde con la actualidad»

(Celeste)

¡Felicidades! ¿Cómo se va a llamar la criatura?

¡¡Gracias!! Será Lucía María, o Lucas. Para Lucas aún no sabemos qué segundo nombre elegiremos. (Ambas)

¿Cómo llevan al proceso de ser madres? Explicarlo será útil para otros matrimonios en su misma situación.

Claro. Estamos en las primeras etapas. Primero fuimos al centro Reprotec en el que pagamos la consulta y nos dijeron todos los pasos a seguir y el costo que tenía. La ley prevé que las empresas de medicina prepagas, las obras sociales y los sistemas de salud te brinden 4 intentos de baja complejidad gratuitos, como por ejemplo la inseminación artificial, y después hasta 3 más de alta complejidad, también gratuitos, como serían la fertilización in vitro, o el método ROPA (recepción de óvulos de la pareja). Lo primero y principal es informarse. A nosotras nos pidieron una nota para explicar por qué íbamos a hacer el tratamiento. Nos reíamos porque queríamos ver qué iban a escribir. Es fácil, oiga. ¡¡Pareja mujer!! ¿Qué quieren que pongamos?? ¡No tenemos ningun problema! ¡¡Basicamente, nos falta una parte jajajaj!!

Celeste, Analía, y su complicidad. Pronto serán mamás.

Nos piden una nota de solicitud de cobertura del tratamiento, la prescripción médica y el dni. Eso lo presentamos en la parte de auditoría y cuando nos autorizan, tenemos que ir a un centro que se llama GESTAR, sí o sí es ese centro primero, el cual nos deriva a otro (esto es particularmente Accord, que trabaja con tres centros de fertilización). Con respecto al pago, adquirís la muestra de esperma, le pagás a un médico y ya está. No hay más trámites. Dependiendo de la complejidad, hablamos de entre 70 y 140 mil pesos por el tratamiento completo. (Analía)

¿Qué fue lo que las decidió ir a ese centro y no a otro?

Tenemos amigas que ya han pasado por este proceso y algunas te dicen que es complicado. Nosotras nos guiamos mucho por los comentarios para ver las referencias. Fuimos a Reprotec porque no tiene comentarios negativos. Brindan un trato excelente y una charla gratuita, didáctica y tranquila ofrecida por la directora del lugar (Vanesa Rawe). Nos sentimos muy cómodas y contenidas. Es la parte más importante. Ahí te atiende siempre el mismo médico, quien conoce tu caso y te asesora de la mejor manera. En otros sitios no sucede. Este lugar es un banco de gametos y centro de fertilización. Comprás el esperma y viaja de puerta a puerta. Lo tienen ellos y lo guardan directamente ahí. Sino tenés que comprarlo en un lugar y transportarlo.

Seguiré jugando al fútbol porque es mi pasión, no lo abandonaré ni me abandonará, pero la prioridad ahora es ser madres y voy a ser la gestante, así que pongo mi energía en ello para quedar embarazada en el primer intento» 

(Celeste)

Le dije a Cele que si este proceso emocionalmente le implicaba una presión, un momento emocional que no estaba bueno, la idea era hacer algo que lo evitara. En mi experiencia como entrenadora sé de chicas que lo han hecho sin pagar, de forma convencional, aprovechando algun momento en el que estaban más relajadas, porque sabemos que el embarazo depende de eso. Pero poder hacer esto pagándolo te saca el montón de estrés que suponen los tiempos, y la burocracia. Cele tiene casi 40 años, no 25, hay que ver como están sus ovulos, la estimulación… La estadística marca que generalmente quedan en el tercer intento de inseminación, con complejidad baja. El primer intento tiene un 20% de eficacia, pero ya estamos emocionalmente preparadas para que sea en el primero ¡¡jajaja!! (Analía)

Cele y Ani, en el patio de su casa en el barrio de Chacarita.

Ojalá que sea en el primer intento. Hay que manejar un poco el tema de mi ansiedad, porque sé que voy a estar ansiosa en ese primer momento. Nos quedan un par de estudios y luego ya me darán un par de medicamentos para la ovulación y para ver si hay que hacer algún estudio más. Seguiremos yendo a este lugar porque pagás una vez y luego ya no, hasta el tratamiento. Todas las consultas con el médico son gratuitas. (Celeste)

Mientras tanto, FutCyA crece. Ya dejó de ser unicamente para mujeres adultas, ¿cómo pensaron la escuela?

En nuestra escuela infantil tenemos jugadoras de entre 8 y 14 años. Empezamos en octubre del año pasado y veníamos pensándolo desde hace tiempo, cuando los clubes comenzaron a necesitar del fútbol femenino por la obligación de presentar equipos. Generalmente se quedaban con las chicas que ya jugaban y descartaban a las que querían empezar a hacerlo porque eran reticentes para la formación. Un nene juega desde los 5 años, pero hay nenas de 9, 10, 11, 12 años, que recién arrancan y quieren aprender. Los clubes preguntaban directamente por las que ya sabían jugar y con el tiempo te encontrabas con chicas de entre 10 y 15 años que no encontraban un lugar donde formarse. Así vimos ese nicho para trabajar. (Analía)

La filosofía de nuestra escuela es brindarle una preparación integral a las mujeres más allá de formarlas para que sean jugadoras de fútbol; porque la mujer necesita esa contención, valorarse, quererse”

(Analía)

Nuestra filosofía de escuela es la de ser un lugar recreativo que por una parte le ofrece un espacio de distension a la mujer adulta, y por otra le brinda conocimiento a las chicas que desean jugar y no consiguen sitio por el hecho de no haber encontrado un sitio donde formarse. FutCyA se creó para las mujeres mayores de 18 años y después ampliamos nuestras capacidades. Las últimas que se han sumado tienen entre 43 y 50 años. (Celeste)

Las que tienen edades entre 8 y 14 años se entrenan dos días por semana, y las adultas se entrenan tres días semanales. A las mayores también les brindamos entrenamiento físico y terminan siendo unas 7 horas semanales. Las adultas practican 5 horas por semana y los martes y jueves juegan durante una hora para mejorar su técnica tras efectuar una preparación física adecuada. Las nenas practican 2 horas semanales jugando una hora cada día. Su formación es más lúdica. (Analía)

¿Por qué presentan FutCyA como una escuela “integral”?

Porque además de la preparación en fútbol le brindamos herramientas a las mujeres para empoderarlas. Por ejemplo, a través de libros. Nos dimos cuenta de que muchas venían a la escuela con un montón de problemas y nos propusimos ayudarlas. Veíamos que no disfrutaban cuando jugaban y comenzamos a darles textos el 8 de marzo de 2018, en el Día de la Mujer. Un escrito de Mario Alonso Puig, que habla de «salir de la madriguera», de «ir en busca de eso que sos».

Las chicas fueron liberándose. Nos pasó con muchas mujeres de entre 35 y 40 años que se han separado, han sido madres muy jóvenes y han dedicado su vida a sus hijos pero nunca a ellas. Nunca supieron en qué son buenas, ni sabían qué hacer. Tampoco se podían sostener económicamente porque sus maridos no las habían dejado trabajar. Entonces a sus 37 años no sabían qué hacer más que ser niñeras o trabajar como administrativas. En un tercer tiempo que organizamos para conocerlas más (actualmente tenemos unas 50 personas en nuestro grupo de Whatsapp) comenzamos a compartir nuestras historias y al aparecer la empatía se dio una conexión. Nosotras no alimentamos la competencia porque nos dedicamos a la y a entrenarlas, pero después hay chicas que han formado equipos para jugar torneos aprovechando que hicieron amistad. Se ayudan, y eso nos llena de sarisfacción porque la mujer necesita esa contención. Valorarse, quererse. Es lo que tratamos de transmitir. (Analía)

Celeste y Analía, una pareja feliz.

Tenemos reglas de cuidado cuando juegan partido. Que no vayan a trabar, no ir al piso, no entrar desde atrás. Que respeten a quien lleva la conducción de la pelota y la recuperen en algún punto mientras se evite el roce. Nosotras les decimos que «mañana tenemos que ir a trabajar y sanas». El entrenamiento está orientado al cuidado emocional y físico de cada una. Les decimos que esta es su hora, que la aprovechen para divertirse. (Celeste)

Nosotras no preparamos a las chicas para competir, sino que les brindamos conocimiento y preparación técnica y física; si desean anotarse para jugar torneos pueden formar su propio equipo»

(Analía)

Estas ideas se me vinieron a la cabeza después de haberme enfocado en mí, en mi autoconocimiento, no sólo en lo laboral sino en las relaciones. Y cuando vi que podia ponerlo en práctica en mi pasion, que es el deporte, fue maravilloso. El libro Los 4 acuerdos, o ya fuera una charla de cinco minutos, han sido muy útiles para ayudar a las chicas en momentos puntuales. Yo veía que algunas confesiones como «este pibe no me valora», o situaciones tristes, se repetían. Cuando alguna de las chicas lo comenta en el grupo, empienzan a salir más cosas, y compartirlas contribuye a liberarse, a autoconocerse. En el fútbol profesional también pasaba y sucede. Si dirigís a 30 jugadoras, tenés que estar al tanto de detalles de cómo es su vida y su situación personal. Y saber qué les ocurre antes de exigirles en un día en el que quizá han tenido mayor trabajo que hacer o están emocionalmente bajo problemas. (Analía)

Tenemos un par de chicas que cuando desconectan de sus problemas cotidianos y obligaciones parece que hubieran jugado toda la vida al fútbol y sorprende las cosas que son capaces de hacer. Una es fiscal, defensora pública. (Celeste)

Es importante brindarle a las mujeres que se interesen en concurrir a FutCyA mayor información para anotarse en su escuela.

Claro, excelente. Tenemos tres opciones. La clase suelta tiene un costo de 200 pesos; el abono de 4 clases es de 700 pesos; y el pase libre tiene un costo de 950 pesos, que les permite venir cuando quieran cuantas veces deseen. La clase de entrenamiento físico tiene un costo extra de 100 pesos porque está fuera de los abonos de fútbol. Nació porque la hora de fútbol se quedó corta para ver táctica, técnica y coordinación. Entrenamos en Parque Saavedra. Las canchas estan detras del Centro Comercial DOT.  (Analía)

Y cómo es ser árbitro profesional, Celeste.

Básicamente todos los problemas que tiene la gente en su vida los descarga en la cancha conmigo. Sea pegándole a un rival, o en mi persona. Me han sacado un arma, me han amenazado de muerte, me han escupido, me han pegado, he salido de una cancha escondida dentro de un auto hace poco en un club de futsal para que no me vean…

Cuando trabajo como árbitro la gente descarga en mí todos los problemas que tiene en su vida; me han sacado un arma, me han escupido, me han pegado, me han insultado…»

(Celeste)

¡Por favor, qué locura!

Lo de la cancha de futsal pasó hace poco en el club Sol de América en Ciudadela (oeste de Buenos Aires). Tuve que escapar así, entre la hinchada visitante para protegernos, porque había una puerta muy chiquita y era muy difícil salir después de las amenazas que me profirió un técnico que se enojó.

He dirigido un torneo de botelleros, en el que amonesté a un jugador por segunda vez, lo expulsé, se fue de la cancha, y al rato volvió con un arma. Salimos corriendo todos cuando lo vimos porque en cualquier momento empezaba a tirar.

En otra ocasión, en el torneo del Sindicato de Obreros de la Industria del Vestido y Afines (SOIVA), un jugador me quiso pegar. El tipo decía «vengo a jugar a la pelota porque quiero zafar de mi mujer que me manda, y resulta que vengo acá y me encuentro con otra mujer que me manda, no puede ser esto». ¡¡Si tu mujer te domina, qué culpa tengo yo!!

¡Yo pago y tengo derecho a pegarle a quien yo quiera!», te gritan, o te dicen «vengo a jugar a la pelota porque quiero zafar de mi mujer que me manda, y resulta que vengo acá y me encuentro con otra que me manda, no puede ser»… ¡¡Si tu mujer te domina, qué culpa tengo yo!!»

(Celeste)

Ahora, en el torneo 9 de Área en el que trabajo, que se desarrolla detrás de la cancha de Atlanta, si bien también veo que la sociedad está podrida de todo y se descarga en mí, me siento cuidada y contenida. Donde yo no me siento protegida no vuelvo. Prefiero perder dinero pero cuidar mi salud. En 9 de Área, Lucas y Leo, los organizadores, tienen buena onda y te cuidan y te contienen. Lo malo es esto donde se alienta que «los árbitros dirigen mal, agárrenlos y hagan lo que quieran, cáguenlos a trompadas». Los chicos se descargan y eso es horrible. Lo increíble es que la gente paga y luego quiere pegar. «¡Yo pago y tengo derecho a pegarle a quien yo quiera!», te gritan. Una pavada, porque al otro día la gente debe volver a trabajar y es mejor que lo hagan sanos. Si en vez de jugar se pegan y se quieren lastimar no está bueno. Ir a lesionar a un rival no tiene sentido… ¿Qué excusa van a meter si se rompen acá, van a pasar por ART una fractura?

Al principio me culpaba mucho a mí misma si tenía equivocaciones y si esos errores influían en un resultado. Hoy muchos chicos me dicen que “sos el unico árbitro que reconoce un error”. Hay muchos árbitros que se ponen a la altura de un jugador y no se puede. Es una cuestion de saber que tu lugar es otro y no hay que ponerse a la altura de ellos. En BAFI están poniendo muchas más chicas. Antes éramos 5 ahora y ahora hay más de 15. Y está bueno que poco a poco estén ingresando más árbitros mujeres. Hay varones que no se lo toman en serio. Las chicas, sí. Yo les digo a todos que estoy de los dos lados, que fui jugadora y que hoy soy árbitro. Y les pido que si se acercan violentos, los frenen. (Celeste)

Anécdotas como para escribir un libro. Y se hace difícil demostrar autoridad, me imagino… 

Naaa, preguntále qué árbitro es su ídolo y vas a ver cómo lleva el asunto… (Analía)

No me digan que es Javier Castrilli…

¡¡Síiiiii, jajajaj!! (Analía)

¡¡Wow!! ¿Algún récord al estilo del ‘Sheriff’, Celeste?

Sí. Nunca hice terapia para poder sobrellevar estas cosas pero la herramienta del coaching que desarrolla Analía me dio la posibilidad de comprender más y de tener más recursos en el trato con los jugadores. En Fútbol 5, un domingo a la mañana el partido terminó antes porque eché a todo el mundo. Faltaban 7 minutos para que termine el partido y quedaron dos jugadores en la cancha. Un equipo perdía por paliza y empezaron a pegar para llevarse alguna pierna de regalo porque no toleraban perder. Los eché porque iban a lastimar a los rivales, y se acabó el partido.