‘Afogados’, vivir la pandemia en Brasil

Por Bárbara Guerschman ([email protected])

En 1989 la banda ‘Os Paralamas do Sucesso’ de Brasil lanzó el álbum ‘Big Bang’, que incluía el tema ‘La Lanterna dos Afogados’ , traducido como «el faro de los ahogados». En este tema, Herbert Vianna (vocalista y guitarrista) interpelaba a alguien que se hallaba en una situación de desesperación y oscuridad, ofreciendo ayuda y prometiendo una luz al final de un túnel o bien un muelle al cual arribar.

Las palabras de esta canción resultan significativas para describir la situación complicada de Brasil en 2020 ante el avance del COVID-19. Es el segundo país del mundo con más contagios al mes de junio, y el primero en América Latina.

Como expresión de la situación, basta señalar que a inicios del mes de agosto la cantidad actual de muertos se aproximaba a la cifra de 100.000 y la cantidad total de infectados estaba cerca de los tres millones de personas.

Pero no son sólo estos números los que generan desazón sino las tensiones entre la posición del gobierno federal y la de los gobernadores estaduales frente a la gravedad de la pandemia y las medidas sanitarias a seguir. ¿Cómo experimentan los ciudadanos este escenario en su vida cotidiana?

Desgobierno y negación

Federico es un antropólogo social que vive en la ciudad de Rio de Janeiro hace varios años. Actualmente, los casos estimados allí se aproximan a los 80.000 y la cantidad de muertos a 9.000.

Las calles de Sao Paulo en tiempos de pandemia.

Para Federico, la situación general en el país es «un desastre» y en esa última palabra están comprendidas varias cuestiones, como la postura negacionista del presidente Jair Messias Bolsonaro respecto a la gravedad del COVID-19 calificándola como una «gripecita»; su propaganda acerca de los beneficios de la hidroxicloroquina -medicamento antimalárico o antipalúdico- para tratar el coronavirus (que fueron desmentidas por la comunidad científica), así como la dimisión sucesiva de dos ministros de salud en el curso de un mes. Asimismo, destaca la señalada falta de coordinación entre el gobierno federal y los estaduales (provinciales) para frenar el avance del virus.

Silvia es socióloga y habitante de la misma ciudad hace varios años. Al igual que Federico también lamenta la situación política y sanitaria, subrayando lo que definió como psicopatía de Jair Bolsonaro, refiriéndose a la postura negacionista antes indicada, en correspondencia con la ausencia de una política oficial de salud.

En relación a su ciudad y desde su perspectiva, añade que la mitad de los habitantes cumple estrictamente con el aislamiento. Respecto al mismo, es preciso indicar que la prefectura de la ciudad de Rio de Janeiro decretó el lockdown parcial en los barrios más críticos en número de casos.

Historias de lockdown

¿De qué forma las personas le hacen frente a la pandemia? La pregunta apunta a indagar como llevaron a cabo la cuarentena o, en su expresión en inglés, el lockdown cuando el gobierno federal la desestimó como medida sanitaria. En verdad, lo que ha menospreciado sistemática y públicamente el Jefe de Estado es la gravedad de la enfermedad.

En el caso de Reina, quien vive en la ciudad de Rio de Janeiro, ella lleva a cabo un confinamiento absoluto que implica no salir a la calle desde el 12 de marzo hasta inicios de julio, excepto caminar por un jardín -utilizando barbijo- dentro del condominio en el que reside. Al interior de su hogar, trabaja dando clases de idiomas de forma remota. Es una modalidad a la cual se adecuan también, sin mayores contratiempos, tanto Silvia como Federico en sus respectivas profesiones.

Un helicóptero patrulla en el cielo de Río de Janeiro.

En la ciudad de Campinas, la vida de Sofía se altera completamente. Frente al anuncio del incremento de contagios producido en el Estado y la ciudad de San Pablo, esta nutricionista y su marido han resuelto no enviar más a sus hijos pequeños a la escuela. Asimismo, Sofía dejó de atender a sus pacientes en el consultorio. Una vez por semana realiza las compras en el supermercado y a la vuelta, se cambia la ropa y el calzado.

El confinamiento implica no sólo la introducción de hábitos nuevos de higiene en la vida cotidiana, sino también la alteración en la sociabilidad. En este sentido, Federico destaca la modificación de sus vínculos con sus seres queridos y colegas, prevaleciendo la comunicación remota. Por causa del confinamiento y con mucha pena, Silvia ha dejado de visitar a sus nietos, quienes viven en otro estado. Sumado a la imposibilidad del contacto físico con los seres queridos, suspendió el contacto presencial con sus amigas, con quienes concurría asiduamente al cine.

En la canción de Os Paralamas se señala la luz como expresión de la esperanza, el deseo de vislumbrar una salida a una situación que es global pero que adquiere características propias en cada país y ciudad. Una de estas luces es el desarrollo actual de vacunas diferentes como la posibilidad ansiada de frenar el avance del virus.

Para Sofía, es difícil anticipar qué sucederá en Brasil, teniendo en cuenta la extensión del territorio y una distribución de recursos tan desigual al interior del mismo. Lo certero para ella es el cambio irremediable que se ha producido socialmente en el vínculo entre las personas, y las formas de consumo refiriéndose a la restricción en las reuniones sociales sumando el marcado incremento del comercio electrónico.

Pesimista acerca del futuro, Silvia ansía que se lleve a cabo un impeachment (proceso de destitución o juicio político) al gobierno actual, aunque señala la dificultad de concretarlo: sería preciso conseguir una mayoría puntual en el parlamento. Por su parte, Reina destaca las dificultades económicas y sociales que ya eran previas a la pandemia y que se agravarán en el futuro.

Analizar la situación actual de la pandemia genera un sinnúmero de afogados en urbes de todo el planeta. Implica tener en cuenta el entrelazamiento de las cuestiones sanitarias, políticas y económicas, que adquiere características diferentes en cada escenario urbano. Algo complejo que repercute inexorablemente en la percepción de las personas acerca de la vida cotidiana, la muerte, las situaciones de riesgo y las medidas. Sobretodo, repercute en las representaciones acerca del futuro.