Por Guillermo Tagliaferri (guilletaglia60@gmail.com)
Edición: Florencia Romeo (florenciaromeo06@gmail.com)
Achiras, ciudad cordobesa ubicada a 70 kilómetros de Río Cuarto y cercana al límite con la provincia de San Luis, es una de esas localidades serranas donde la naturaleza y la paz ofrecen su combinación perfecta y son ideales para el descanso y disfrutar el aire libre.
Por allí anduvo, de vacaciones, el músico León Gieco, con su pareja, Alicia, y su amigo Raúl Porchetto con su novia, a mediados de la década de 1970. Se alojaron en el domicilio de una vecina, Chicha Suárez, que ofrecía hospedaje a turistas, en su casa ubicada en la esquina de Córdoba y Sarmiento.
Durante esos días de descanso en Achiras, Gieco compuso uno de sus temas emblemáticos: «La colina de la vida«, ese que dice, en una de sus estrofas:
«La realidad duerme sola en un entierro
Y camina triste por el sueño del más bueno
La realidad baila sola en la mentira
Y en un bolsillo tiene amor y alegrías
Un dios de fantasías
La guerra y la poesía»
Huésped de honor y estatua
En esa misma esquina, desde 2019, luce una estatua de un juvenil y pelilargo Gieco, sentado sobre una pequeña pared, obra de los artistas plásticos Liliana Fernández y Edgardo García Nieto. Esa casa fue nominada Patrimonio Cultural de Achiras. Y el músico, nacido en Cañada Rosquín, provincia de Santa Fe, fue declarado Huésped de Honor de la ciudad cordobesa.

Más allá de sus méritos artísticos, que lo llevaron a convertirse en uno de los mejores músicos argentinos de todos los tiempos, en Achiras, quienes trataron al cantautor resaltan su calidez humana y su sencillez. En 1974 y también cuatro décadas más tardes: Gieco volvió y estuvo presente el día que inauguraron su estatua, ubicada frente a la coqueta y moderna Plaza Sarmiento, en cuyo frente se encuentra la Municipalidad.
Achiras, historia, naturaleza y esparcimiento
Conocida como «La linda del sur cordobés«, Achiras se recuesta sobre las últimas estribaciones de las Sierras Comechingones, en el Departamento Río Cuarto. Fue fundada en 1574 y con una actual población que supera los 4000 habitantes, fue uno de los lugares escogidos por José de San Martín para concentrar a su ejército libertador debido a su estratégica posición geográfica. Esa posta es uno de los atractivos turísticos de la zona.

Cerros, ríos, cañadas, vertientes, vegetación y un balneario ideal para los veranos impactan por su belleza paisajística. Casonas antiguas, un sector de calle empedrado, respetando la historia y fisonomía original del pueblo, se combinan con construcciones más actuales, pero sin perder la clásica línea arquitectónica. Y la hospitalidad de sus habitantes se pone de manifiesto enseguida.
Trekking, caminatas, cabalgatas y mountain bike son las alternativas para recorrer sus caminos y senderos serranos, entre ellos Los Coquitos y Salto del Tigre. Y ¿por qué no? para ir, con los auriculares al oído, escuchando a León Gieco, el famoso cantautor que dejó su marca en esta localidad mágica.